Múltiples admiradores y amigos, así como compañeros del ambiente artístico, ataviados con camisetas que mostraban la foto del artista, se congregaron junto al féretro de madera oscura, adornado con una corona de rosas blancas, donde yacía el cuerpo del vocalista de Buena Vista Social Club.
Acompañaron al cortejo fúnebre varias coronas florales enviadas por el presidente cubano Fidel Castro, otra de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, del ministerio de Cultura y las empresas musicales Adolfo Guzmán, Ignacio Piñeiro y Benny Moré, así como del Instituto Cubano de Radio y Televisión, reportó Prensa Latina.
Ibrahim Ferrer murió a los 78 años el sábado en la tarde presuntamente de una dolencia gastrointestinal, causa que no ha sido confirmada.
El exponente había regresado el miércoles pasado de una exitosa gira europea, por Holanda, España, Suiza, Austria y Gran Bretaña, en la que presentó su último trabajo en solitario “Mi sueño: A bolero Songbook”, en el cual había logrado plasmar clásicos como “Perfidia”, “Quiéreme mucho”, “Perfume de gardenias” y “Mil congojas”.
El vocalista, que en sólo dos días ha recibido innumerables homenajes póstumos, fue catalogado por el musicólogo y animador Eduardo Rosillo como “figura grande a escala universal, a quien recordamos desde sus inicios en la oriental ciudad de Santiago de Cuba”.
Al despedir el duelo del mítico cantor rememoró que al escuchar a Ibrahim en el estreno de la pieza “El platanal de Bartolo”, con la orquesta de Chepín-Choven, pronto supo que se encontraba frente a un intérprete excepcional, añadió Prensa Latina.
Refirió, asimismo, que ya en el pináculo de su fama nunca dejó de ser un hombre humilde y afectuoso, y lo oyó exclamar en varias ocasiones que consideraba que todo cubano era importante.
Manolo Galbán, Amado Valdés y Bárbaro Torres, miembros del Buenavista Social Club, según la agencia noticiosa, expresaron a Prensa Latina palabras de elogio y admiración acerca de su compañero de bregas musicales.
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