Eddie Santiago Veinte años de salsa sensual

Tota

El salsero que no haya bailado al ritmo de Lluvia, Tú me quemas o Qué locura enamorarme de ti, no puede llamarse salsero. Así de simple. Quien se considere conocedor y seguidor de ese género afrocaribeño no puede ignorar esa etapa de la salsa romántica o sensual que ahora forma parte de la historia de la salsa.

El tiempo pasa y ya van a ser dos décadas desde cuando un cantante flaquito, casi imberbe, con un ralo bigote para aparentar más edad, se impuso con los temas arriba mencionados. Eddie Santiago, el puertorriqueño de voz débil y registros que apenas alcanzaban los tonos altos de sus canciones, que no convencía como salsero, restó a los soneros de verdad un espacio y muchas ventas de discos.

Santiago y Frankie Ruiz, ya fallecido, se hicieron de las emisoras radiales, de los salones de baile y de las ventas de discos. Ruiz con La rueda, Tú con él, Bailando o Esta cobardía, sólo por mencionar algunos y Santiago con sus temas, lograron que la salsa recuperara un espacio que para mediados de los 80 ya lo estaba perdiendo.

“Abrimos las puertas para otros cantantes como Lalo Rodríguez, David Pavón, Luis Enrique y muchos otros que ayudaron a que, con este nuevo estilo, la salsa mantuviera vigencia, aunque los soneros de la llamada salsa dura nos regañaron, no les gustábamos”, recuerda Santiago, durante una entrevista telefónica desde su casa en Miami.

Santiago estará en Los Ángeles este sábado, cantando sus viejos y nuevos temas, en el cuarto Festival Colombiano Internacional, en el parque Whittier Narrows de South El Monte.

Al mencionarle que hace ya casi 20 años de cuando Lluvia se escuchaba a todo dar, todavía con esa voz pausada agrega: “Si, soy un veterano de la salsa. Ya dejé de ser el novato de entonces; he madurado en lo personal y en lo artístico. La experiencia ganada se deja ver en mis nuevas grabaciones”.

Habla de su reciente trabajo Después del silencio, el “veintitantos” álbum de su lista y que lo encuentra más agresivo, con un ritmo más de salsa que de balada.

“Te confieso algo. Nunca estuvo en mi mente ser cantante. Yo me veía más bien como periodista de deportes, o narrador deportivo. Me hubiera gustado ser deportista; el béisbol es mi pasión pero como ves, mi físico no ayudaba a mis aspiraciones”.

Su ingreso al canto fue casual. Los amigos que lo escucharon y lo animaron a que fuera con alguna orquesta. “Y yo me lo creí. Me creí que podía ser cantante, pero me gustaban las baladas. En el Conjunto Chaney se fue el cantante y yo llegué en ese momento y me tomaron. Así comenzó todo”.

Eddie Santiago siempre estuvo consciente de la falta de fuerza en su voz. Estuvo consciente de que no podía mantenerse en un escenario por dos horas, como muchas veces podía durar un concierto. Por ello, tomó clases de canto y aprendió a respirar y todas las técnicas para ser un cantante profesional.

“El éxito me llegó de pronto, sin esperarlo y ya no había forma de parar, ni decir que lo mío no era cantar. Al contrario, gracias a ese éxito mi vida cambió, y es gracias a este trabajo que hago, tengo lo que tengo y estoy muy agradecido a Dios por ello”.

Nuevamente la salsa está en un momento difícil. Nuevos ritmos y corrientes musicales salen de Puerto Rico y al reggaetón ya nada ni nadie lo detiene y las bandas salseras sufren el embate musical de la nueva generación.

“Es cierto, otra vez la salsa está amenazada con desaparecer, pero te digo, me siento orgulloso del trabajo de estos jóvenes que están triunfando con el reggaetón. Es tremendo este movimiento que está llevando a todo el mundo. Y pienso que se va a quedar por muchos años. Daddy Yankee, Don Omar, Tego Calderón están haciendo un gran trabajo”.

Santiago no le teme a estos cantantes, ni a su juventud. Sus giras continúan y sus discos se siguen tocando, por ello también siguen las grabaciones.

Después del silencio, ciertamente tiene un sabor más salsero que romántico: “Es bueno tratar algo diferente, pero si no resulta podemos retomar lo de siempre, porque pienso que a quienes les gusta mi música quieren seguir escuchando ese estilo y yo me siento mejor con lo que sé hacer”.

La producción es bailable y tiene coros de salsa dura. Loco por tu amor, el primero del álbum es un ejemplo de ello. Lo mismo en Todavía hay swing, un tema que habla de que la salsa todavía está aquí, y menciona a los grandes soneros y orquestas salseras. En Qué duro me pegó tu amor, Falsa o Lejos de ti, esta última composición de Álvaro Torres, el salsero romántico suena como tal.

Está pronto a recorrer Colombia, México —donde está su mejor mercado— y luego Sudamérica, en gira de promoción del disco y de compromisos antelados.

“Estoy feliz con todo lo que me ha pasado, agradecido a este género que me ha dado de todo y por ello sigo en él, siempre preparando nuevas cosas”.

En su vida privada se siente igual de feliz. Casado por segunda vez y con una nena recién nacida. Viendo a sus otros tres hijos mayores crecer y a dos de ellos, las dos mujeres Leslie y Edith “talentosas, que me superan tremendamente y prontas a iniciarse en esto de la música. Al menor de los tres le gusta el reggaetón, qué le vamos a hacer. Es el ritmo de su generación”.