El cantautor Silvio Rodríguez El cantautor culminó su gira de conciertos en Cuba.

Tota

– Silvio Rodríguez llegó decidido a cantar. Por eso, aun con la lluvia cayendo sobre su cuerpo y su guitarra, y empapando el escenario, el cantautor cubano no paró durante tres horas de obsequiar su poesía musical a los entusiastas que se congregaron para verlo, la noche del lunes, frente a las escalinatas de la Universidad de La Habana.

Se trató del cierre de su gira de conciertos “Hacia una cultura de la naturaleza”, que escenificó por distintas ciudades de Cuba para presentar su más reciente álbum, “Cita con ángeles”.

Para los fanáticos del creador de clásicos como “Rabo de nube” y “Te doy una canción”, el preludio de la velada estuvo marcado por la expectativa ante el desfavorable cuadro climatológico que, con fuertes lluvias ocasionales, empezó a dejarse sentir desde la tarde.

El recital estuvo previsto inicialmente para realizarse en el Gran Teatro de La Habana. Mas se aplazó en la víspera con el objetivo de trasladarlo a las escalinatas universitarias y poder contar con más espacio para los fanáticos que, de manera gratuita, pudieron finalmente disfrutar de un “concierto húmedo, pero vivo”, como lo describió el propio cantautor.

Así que Silvio, uno de los fundadores del llamado movimiento de la Nueva Trova Cubana, en vez de mostrarse contrariado por los chubascos, acogió con gusto a la concurrencia, compuesta en su mayoría por estudiantes de diversas instituciones de la ciudad habanera, y originarios no sólo de Cuba, sino de países como Chile, Venezuela, Colombia, Honduras, Puerto Rico y Brasil.

“Optamos por una cultura de la naturaleza, y la naturaleza nos está besando de esta manera. Bienvenida la naturaleza”, fueron expresiones con que el intérprete recibió el bautismo de lloviznas. Sus palabras sucedieron la apertura de la velada, con el tema “Mi casa ha sido tomada por las flores”, de su nuevo disco.

Vestido con una camisa polo y gorra negras, mahones azules y tenis marrón, el intérprete de “Casiopea” y “El matador” –temas con que continuó la presentación– acompañó sus versos musicales con el trío de cuerdas Trovarroco, la flautista y clarinetista Niurka González y el percusionista Oliver Valdés.

Entre las canciones de su nueva producción, se destacó “Sinuhé”, una revisión de la situación histórica de Iraq.

El artista comunicó que se trataba ésta de la velada más grande de la gira, pues las presentaciones anteriores se escenificaron en teatros pequeños, siendo el más extenso uno con capacidad para poco más de mil personas. En todos, se colocaron bocinas y una pantalla grande afuera para deleite de quienes no pudieron entrar al recinto.

En su recorrido por los distintos puntos de la nación cubana, “Hacia una cultura de la naturaleza” fue grabado para exhibirlo más adelante por la televisión nacional. Fue un proyecto que la noche del lunes, por causa de la lluvia, se complicó. Allí estaban los alrededor de siete camarógrafos, desde sus puestos, guareciendo su equipo con bolsas plásticas. Pero valió la pena, el público lo agradeció, especialmente cuando reconocía los acordes de inolvidables piezas como “Playa Girón”, “Unicornio azul”, “Ojalá” y “Pequeña serenata diurna”, la que dio término al concierto a 15 minutos para las 12:00 de la medianoche.

Si imperturbable Silvio Rodríguez aguantó la lluvia sin tan siquiera un paraguas, ¿acaso sus fieles seguidores no lo harían también?