Y más grave aun cuando se trata del hijo mayor de un “pescador de toda la vida” (Víctor Ruiz), aunque no por eso es seguidor de ese oficio y a la vez deporte.
“Siempre fui muy amante a la playa, pero no a la pesca. Nosotros veíamos a mi papá ir a pescar y una vez fui con él y la experiencia no fue muy grata, porque me mareé”, recuerda el artista.
En la víspera de su retorno al coliseo “Roberto Clemente” para presentar el concierto “Travesía”, Víctor Manuelle recuerda sus vivencias con el mar mientras se criaba en el sector California en Isabela.
“El Sonero de la Juventud”, mayor de tres hermanos, cuenta que en su casa se dependía de la pesca, aunque más tarde su padre “se fue a trabajar a una panadería”.
Y ante esa realidad es imposible que no le gusten los frutos del mar. “Puedo estar comiendo mariscos todos los días. Me encanta el pulpo, el carrucho, los pescados, la langosta…”, dice.
Entre las anécdotas de Víctor Manuelle en la playa hubo una que lo marcó negativamente.
“Tuve una experiencia, no muy grata, porque me iba ahogar. Me llevó la famosa corriente de la playa de Jobos, estaba con uno de mis mejores amigos, que se llama Noel, y él fue el que me ayudó a salir”, cuenta sobre ese episodio a sus 15 o 16 años de edad.
“Desde ese momento se acabaron las payaserías, de quién nadaba más distancias y todos esos jueguitos”, anota el salsero que, aparte de la casa de sus padres, reservó un pedacito de Isabela para sí.
“Mi casa es en Isabela. Aproveché una de las zonas más lindas y tengo un apartamento entre playa Jobos y Villa Pesquera”, precisa antes de verbalizar su orgullo por las aguas que bordean su pueblo.
“Siempre he dicho que (modestia aparte) el mar más hermoso es del Isabela”, confiesa.
Más allá de estas memorias, la voz de “Inconfundible” selló su relación con el mar en los nombres de sus hijas, Kinaysha Mar, de ocho años, y Yanishka Mar, de seis. También es padre de Víctor Jr., de ocho años.
“Y mi papá tiene una embarcación pequeña, lo que llaman una yola, y le puso de nombre Kinaysha Mar, en honor a su primera nieta”, agrega el cantante, que por cierto recibió este año en su barrio.
A las fiestas patronales de su pueblo, tampoco le gusta faltar.
“Ésa es la experiencia más linda que puedo tener, al estar frente a la gente que te vio desarrollarte y que te mira también como ser humano”, puntualiza el postulado a un “Grammy” al mejor álbum salsa-merengue por “Travesía”.
De Isabela pa´ las tarimas del mundo
Víctor Manuelle se embarcó en la música hace diez años, cuando de aficionado pasó a la orquesta de Don Perignon de la mano de su padrino Gilberto Santa Rosa.
Esa “travesía” lo regresa mañana, sábado, al coliseo “Roberto Clemente”, tras casi cuatro años de ausencia, con un baúl de éxitos y con el corazón agradecido, aparte de enamorado.
“Creo que es un buen momento para regresar y darle las gracias al público que me dio la oportunidad de salir de aquí para el mundo”.
“Travesía”, producido por Tony Mojena, será una réplica del espectáculo que presentó recientemente en el Carnegie Hall en Nueva York, aunque dimensionado en el aspecto técnico y escenográfico.
“Vamos a estar llevando a la gente en esa travesía, no es con un solo rumbo, sino llevarlos diez años atrás y traerlos de nuevo al presente”, explica el cantante.
Entre los elementos que sumará para enriquecer su actuación menciona la integración de canciones que nunca ha grabado, cuyos títulos se reserva.
Roselyn viene a verlo
Víctor Manuelle, ahora con el cabello corto al máximo, se encargará de sorprender al público con su talento para sonear y entonar la salsa, mas su novia, la actriz Roselyn Sánchez, lo sorprenderá a él.
Este diario supo que la también cantante viajará a la Isla para asistir al musical de su novio y regresar el domingo a Toronto (Canadá), donde trabaja en la grabación de la serie “Kojak”.
El intérprete de “Tengo ganas” describe esta etapa de su relación con Roselyn Sánchez como “muy bonita”. Hasta el momento, dice, no tiene planes en conjunto.
Su agenda, en cambio, está encaminada hacia el lanzamiento del álbum que grabó en directo durante su concierto en el Carnegie Hall.
Ahí no termina su travesía, pues el próximo trayecto lo llevará a consolidarse como productor.
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