Cheka declaro en juicio por denuncia de violencia domestica

Tota

El rapero Cheka declaró ayer, jueves, durante el juicio en su contra por violencia doméstica, que nunca le propinó los golpes que alega su aún esposa, Anamarys Rivera.

A preguntas de su abogado Jorge Gordon, David Lozada –nombre de pila del artista– negó haber tirado a la cama y lanzarse encima de su cónyuge como, ella testificó el miércoles.

Añadió que tampoco le agarró por las manos, sino que hubo un forcejeo, y que en ningún momento le abofeteó o le dio puños –como ella alega– en la cabeza y estómago. Tampoco aceptó haberle partido el labio superior, como asegura Anamarys Rivera.

El intérprete de “Amor bandido”, que lució sereno en la sala 1108 del juez Carlos Cabán, expresó que la pelea con su pareja se debió a que al momento de darle las llaves de su guagua Mercedes Benz para que se fuera a la universidad le pidió que tuviera cuidado con el vehículo.

A raíz de eso, narró, su compañera le expresó gritándole: “¿Qué carajo tú te crees? ¡Lo peor que hice fue casarme contigo. Mami me lo había dicho!”.

“Le dije que bajara la voz, que hay un montón de gente escuchando. Ella va hacia el balcón, abre la puerta dándole cantazos. Y me dijo que soy un mamao, que la guagua es de ella también, que se la puede llevar si quiere”, acotó el rapero.

Como parte de su testimonio, Cheka indicó que cuando su esposa entra nuevamente a la habitación, donde empezó la trifulca, le cuestionó por qué no desmintió en el programa “Anda pa’l cará” que él no tenía ningún tipo de relación amorosa con la salsera India, con quien se le había relacionado.

Seguido, el reguetonero, sostuvo, tomó su pantalón de la cama y ella le preguntó para dónde se dirigía, pues él tenía que llevarla a la universidad.

“Y ella gritándome se agarró de mis pantalones y le agarré las manos para que me soltara, y ella me decía: ‘Suéltame, puñeta’. Cuando me iba a ir se metió en el medio, frente en la puerta, diciéndome que no voy para ningún lao y la empujé”, manifestó.

El exponente continuó su testimonio diciendo de Anamarys Rivera “me agarró por la camisa, extirándomela, y tuvimos un forcejeo y la empujé para que se saliera del medio. Ella se metió en la puerta del apartamento y con la pierna cerraba la puerta y le dije: ‘Vete pa’l carajo’. Ella me gritó: ‘Esto me las vas a pagar’. Me monté en mi guagua y me fui para New Records, porque tengo llaves”.

Respecto a las bofetadas que su esposa le propinó en discusiones previas al día de los hechos, el pasado 8 de febrero, dijo que la primera vez que sucedió ella le pidió perdón llorando y le aceptó que “se le fue la mano y que no me quería dar duro”.

Y la segunda ocasión siguió gritando al punto que él se marchó para casa de unos panas.

Durante la mañana de ayer, jueves, también testificó el taxista José Francisco Ureña, traído por la fiscalía compuesta por Myrna Rivera y Carmen Iris Ortiz. El hombre explicó en el estado que se encontraba la perjudicada el día de los hechos cuando la recogió en su residencia y la llevó al cuartel de Cupey.

Reveló que fue él quien le aconsejó a Anamarys Rivera ir al cuartel y hacer la querella contra el artista. Pero ella en un principio presuntamente se negó, porque no le quería hacer daño a su carrera musical.

“Todas las veces que la buscaba ella me indicaba que era porque la botaba de la casa y la maltrataba”, dijo Ureña al tiempo que admitió que nunca había visto al demandado.

A preguntas de Jorge Gordon aceptó que en su declaración jurada nunca habló de moretones, sino de golpes al entender que son similares.

La defensa, además, sentó a testificar a Luis Nazario López, quien reiteró que Anamarys Rivera llegó el 29 de abril hasta la tarima donde estaba el artista en la Justas Intercolegiales de Ponce.