Las hijas de la mítica cantante española Lola Flores (La Faraona) aseguran que son muy unidas, a pesar de que sea algo atípico verlas juntas en un mismo escenario.
“No sé si son cosas de los tres ángeles que tenemos arriba, pero cuando una canta, la otra hace cine, cuando la otra descansa, la otra hace el disco, cuando la otra hace el disco, la otra no está”, comparte Lolita.
Esos “tres ángeles” a los que se refiere la mayor de las Flores son su famosa mamá, su padre guitarrista Antonio González (El Pescaílla) y su hermano Antonio Flores.
En 1995, sólo 14 días después de la muerte de su madre, el único varón, Antonio Flores, fue hallado muerto en la casa por una aparente sobredosis. Desde entonces, las hermanas Lolita y Rosario han llevado el peso del legado de los Flores. El padre murió en 1999.
“Venimos de una familia en la que todos éramos artistas. Nunca hubo en mi casa competencia, ni envidia de nada. No sabemos lo que es eso, no nos lo enseñaron, porque es que no existía eso en mi casa”, señala Rosario.
“Mi hermana, aparte de ser Rosario, es el ser más importante que tengo en mi vida después de mis hijos, y por lo tanto, el que ande conmigo tiene que andar con ella también”, expresa por su parte Lolita.
“Aquí (en Puerto Rico) he estado en el casino y he escuchado que han dicho: ‘Ésa es la hermana de Rosario’, y dije: ‘Contra, la hermana de Rosario’. Y sí, muy orgullosa porque en mi casa nunca ha habido rivalidades. Que por supuesto, al momento de subir al escenario va a demostrar cada una la clase de artista que es, de eso no te quepa la menor duda, pero que hemos dormido juntas esta noche en una misma cama, sí”, añade.
Con la misma facilidad con la que este dúo halla su parecido, que se encuentra sólo en “la sangre, la fuerza de carácter y la rumba catalana”, también puede establecer sus diferencias.
“Cada una tiene un estilo. Aunque tengamos en medio la rumba catalana y que somos hijas del mismo padre y de la misma madre, cada una hace su música. Cada una hace su estilo: ella es más viento, más huracán, yo soy más reposada”, asegura Lolita.
La marcada diferencia musical la adjudican a los seis años que se llevan en edad. Rosario, cuenta, pasaba más tiempo con su hermano Antonio, con quien aprendió a apreciar ritmos como el soul y el rock.
“Es que ella también es más como mi madre, tiene más temperamento, se mueve más, su música es más heavy, más pop. Yo soy más cantante, ella es más ella”, dice Lolita.
“Y mi hermana canta mucho mejor que yo”, le devuelve Rosario.
Juntas en la Isla
Estas diferencias de estilo sobre un mismo escenario serán recreadas ante el público puertorriqueño cuando las hermanas presenten su espectáculo de esta noche, “Lolita y Rosario Flores”, en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey.
En este junte, que sólo han realizado en una ocasión, Lolita presentará primero su repertorio y luego abrirá paso a su hermana. Al final, se unirán para una “sorpresa”, que guardaron con mucho celo, pero que bien podría tratarse de conocidas canciones de su madre.
“Lo bonito de escucharnos las dos es que nosotras en América tenemos un público muy bonito que nos quiere mucho a las dos y que sobre todo quiso mucho a mi madre. Aquí mi madre dejó una ola de amor que yo voy por la calle y mucha gente me conoce por ella, y para el público de América es muy emocionante juntarnos para recordar la familia de la que venimos”, comenta Rosario, quien se acompañará del grupo de “amigos puertorriqueños” Vivanativa, para cantar la balada “Lágrimas cayendo”.
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