Maravilloso concierto para recordar a Héctor Lavoe

Tota

– La memoria musical del mítico cantante Héctor Lavoe fue realzada la noche del sábado en un portentoso espectáculo celebrado en la arena del Madison Square Garden, en Nueva York, y al que se dieron cita importantes figuras del ambiente salsero.

Fue un gran concierto que se prestó para pasar revista por algunos de los más conocidos éxitos del “Cantante de Cantantes”, en esta ocasión interpretados por las voces de Cheo Feliciano, Ismael Miranda, Domingo Quiñones, Tito Rojas, Michael Stuart, Tito Nieves, Tony Vega, Adalberto Santiago, Eddie Santiago, Lalo Rodríguez, Cano Estremera, José Alberto “El Canario”, Willie Colón y la reguetonera Ivy Queen, quien hizo su debut en la salsa cantando “Calle Luna, calle Sol”, en una sorprendente actuación.

Por más de tres horas, los 16 mil fanáticos que atestaron el recinto gozaron de la vocalización de un amplio repertorio que pretendió ejemplificar los momentos más relevantes en la carrera artística de Héctor Lavoe, en un evento que se tituló “Un tributo al Cantante”.

El trabajo musical más importante de la velada recayó, sin duda, en la batería de músicos que se encargó de avivar las gradas con un sonido imponente y de la más alta calidad.

Comandados por el pianista Isidro Infante, la orquesta agrupó a versados instrumentistas, sobresaliendo la sección de vientos, encabezada por la maestría de Elías Lopés, Piro Rodríguez, Nelson Jaime “Gazú”, Elliut Cintrón y Rafi Torres.

Junto a ellos, una sólida sección rítmica integrada por Robert Quintero, Carlitos Soto, Luisito Quintero y Carlitos Enríquez. En los coros, Darvel García, Wichie Camacho y Joseph González.

La potencia que destiló la banda engrandeció el espectáculo, agregada al cuidado con que se trabajaron los arreglos musicales y el discernimiento para la distribución de los temas entre los cantantes. Un trabajo de producción –en los hombros de Ralph Mercado e Isidro Infante– que logró perpetuar una mística de euforia y celebración, a pesar de que hubo instantes en que el concierto deslució, como cuando subió a la tarima Eddie Santiago para cantar “Ha ha, oh no” y su viejo éxito “Lluvia”.

En ambas interpretaciones el otrora representante de la “salsa erótica” desairó a los fanáticos por su mala vocalización. No tan sólo no se aprendió la letra del tema de Héctor Lavoe que le tocó presentar, sino que al momento de vocalizar “Lluvia” mostró que ya no posee voz para pasearse por los tonos en que cantaba en sus años de gloria.

La participación de Willie Colón, reservada para el cierre del espectáculo, tampoco se colocó a la altura del evento.

El veterano director musical, cuya carrera está intrínsecamente vinculada a la de Héctor Lavoe, se empeñó en cantar sólo un popurrí de melodías de su antiguo compañero aun cuando su voz sonaba quebrántada. Pese a esas dos incidencias, el resto del espectáculo fue ejemplar.

La participación de Adalberto Santiago, quien tuvo la responsabilidad de encender los motores del concierto poco después de las ocho de la noche del sábado, fue plausible. Igual fue el caso del segundo vocalista en turno, Tony Vega, quien hizo “Todopoderoso” de Héctor Lavoe, para luego vocalizar de su catálogo el tema “Aparentemente”.

Mas el momento en que el evento tomó velocidad fue cuando se escuchó la melodía “Hacha y machete” en voz de Michael Stuart. El joven salsero le imprimió fuerza al espectáculo haciendo valer su talento interpretativo, su capacidad para sonear y su carisma.

A Tito Nieves le correspondió cantar “El Cantante”, una de las canciones más representativas de la historia de Héctor Lavoe. También hizo “Fabricando fantasías”, de su propia cosecha, y en ambas lució regio, con una voz diáfana y muy rítmica.

Luego, José Alberto “El Canario” arribó a escena para cantar “Che che, cole”, tema que encendió la tarima con las primeras fuertes descargas de los músicos. Además, el sabor que este salsero les imprime a sus interpretaciones interpela en los cuerpos de los bailadores como si se tratase de una invitación al movimiento.

La última aparición de la primera parte del concierto correspondió a Ismael Miranda. Su mera presencia en la tarima del Madison Square Garden arrebató la primera ovación enérgica del espectáculo.

Con su voz prístina y potente –cada día mejor–, “El Niño Bonito de la Salsa” hizo los temas “Mi gente” y “María Luisa”.

Tras un breve receso que permitió a Ivy Queen cantar algunos de sus temas de reggaetón, la salsa se volvió a apoderar del concierto con la voz de Tito Rojas, quien luego de ser presentado por Néstor Galán “El Búho Loco”, de Z-93, hizo “Juana Peña”, seguido de “Señora de madrugada”, provocando un efusivo aplauso.

Cano Estremera continuó la agenda con la interpretación de “Vamo’ a reír un poco” y “Borranda”, para justo después cederle el micrófono a Lalo Rodríguez, quien realizó una de las mejores actuaciones de la noche.

Demostrando su talante vocal –siempre ha poseído uno de los registros más altos y prístinos de la salsa–, el “Canario” de Carolina hizo “Agüanilé” y “Devórame otra vez” en una excelente presentación que recibió de recompensa una calurosa y extendida ovación del público.

Seguidamente, el anuncio del arribo de Cheo Feliciano se ganó el más ardiente de los recibimientos de toda la noche. Un público eufórico aplaudió incesantemente por escuchar cantar a uno de los más importantes salseros de todos los tiempos, quien les obsequió a sus fanáticos “Todo tiene su final” y “Ritmo alegre”.

Cercano al momento final del espectáculo, arribó a escena Domingo Quiñones, quien sorprendió a la concurrencia con su actuación como trombonista.

“El Más que Canta” realizó una maravillosa interpretación del tradicional tema panameño “La murga”, acompañado de varios segmentos en los que refrendó su virtuosismo y su vasta capacidad como improvisador sonero.

Domingo Quiñones estuvo regio en su participación y cantó con un primor excepcional ofreciéndoles a los presentes uno de los mejores momentos de este maravilloso encuentro musical, que debería ser escenificado en Puerto Rico.