Rodeada de tres fieles compañeros –sus perritos Coqui, Filipo y Miranda– en la terraza del hotel Shore Club de Miami Beach, Paulina Rubio habló sobre su nuevo álbum –Ananda, a la venta el 18 de este mes–, del ”príncipe” español que ha acaparado su interés por más de un año y de su ilusión por llegar a conocer la maternidad.
Luciendo unos mini shorts amarillos, vaporosa blusa de encaje y fantasiosos tacones dorados similares a los de Dorotea, la del Mago de Oz, la pelirrubia se mantuvo atenta a sus curiosas mascotas, que parecían peluches de cuerda mientras olfateaban el lugar.
”Un ojo al gato y otro al garabato”, exclamó divertida, dejándole saber a Miranda, su graciosa pomeranian, que había adivinado su conspiración de escaparse a la suite de al lado.
En Ananda –que en sánscrito significa ”felicidad” y es también el nombre de su residencia en Miami– la ex Timbiriche reúne a colegas de la talla de Juanes (compositor del tema No te cambio), Julieta Venegas y Coti Sorokin (Que me voy a quedar), y Xabier San Martín, de La Oreja de Van Gogh (Ni una sola palabra).
Todo ello sin contar a su dream team de productores, que incluye a Aureo Baqueiro, Cachorro López, Toy Hernández y el ganador del Oscar Gustavo Santaolalla.
”Es un álbum que me divierte y libera a la niña que llevo dentro. Una producción a la que me dediqué por casi dos años y que es como una biografía. Muchos de los temas son cartas de amor, algunas correspondidas y otras no”, cuenta.
Aunque la saga de su vida amorosa ha contado con varios protagonistas, entre éstos el arquitecto español Ricardo Bofil y el actor mexicano José María Torres, dice sentirse ”estable” con su actual pareja, el empresario español Nicolás Vallejo Nájera, con quien lleva más de un año.
”Me siento muy tranquila y equilibrada; hay parejas que sacan lo mejor de ti y él es de ellas”, confiesa.
Aunque varios de los temas en el álbum, que entrelaza hilos musicales tan diversos como la ranchera, el dance, el vallenato y el rock, hablan de relaciones complejas regidas por contradicciones, ”la Pau” dice saber cuándo decir “ciao ciao”.
”No soy autodestructiva y la dependencia no existe en mi vocabulario. Es bueno para el alma crecer y aprender de los errores y, sobre todo, nunca arrepentirse de haber amado y vivido; pero cuando algo te hace daño, lo tienes que cortar”, añade.
La cantante de 35 años parece haber dejado atrás sus ímpetus de party girl y dice estar viviendo una etapa de madurez y crecimiento espiritual.
”Leo filosofía griega y romana, pero hasta ahora la Kabalah me funciona, estoy de acuerdo con mucho de lo que dice”, comenta.
Otro lado que pocos conocen de ella es el filantrópico. Afirma que desde hace un tiempo colabora con un orfanato para niños de la calle en el este de Los Angeles y con la fundación Operación Sonrisa, compuesta por un equipo de cirujanos plásticos dedicados a corregir deformaciones faciales en niños y adolescentes latinoamericanos.
”Mi abuela me inculcó la importancia de la labor social. He conocido a algunos de los pacientes y es increíble ver cómo, al devolverles la sonrisa, literalmente cambia la autoestima y la vida de estos chicos, que antes no querían ir a la escuela por miedo a que se burlaran de ellos”, comenta.
Su compromiso social también se refleja en el nuevo tema Lo que pensamos, sobre ”levantarse en blanco en vez de en armas y ceder el paso, perdonar, dejar tanta agresión, parar de hacer daño con bombas nucleares y de contaminar el medio ambiente”, según la artista.
Construyendo una vez más un puente entre el mercado anglo y el latino –que prepara el terreno para un álbum en inglés proyectado para septiembre del 2007– Ananda cuenta con un solo del guitarrista Slash de Guns n’Roses, en Nada puede cambiarme, y el asesoramiento de los productores Rick Wake (de Pink) y Tricky (de Britney Spears).
”Slash es un tío que se sale de lo cuadrado. Lo admiro desde niña por su forma de tocar, angelical y rebelde. Es la primera vez que tanto él como Tricky colaboran en temas en español”, cuenta.
Aunque ahora vive entre Los Angeles, Miami, México y Madrid, admite que desde niña se acostumbró a su estilo de vida nómada, y su casa sigue siendo la misma: su menudo cuerpo. Domicilio que, a su vez, podría en un futuro cercano compartir con un nuevo ser, ya que le ilusiona la idea de ser madre.
”Mi madre [la actriz Susana Dosamantes] es divina. Es una reina, una hermosa mujer que antes que nada ha sido madre y sigue siendo mi amiga, mi socia, mi cómplice. Yo quisiera significar lo mismo para un hijo. Ella me tuvo muy joven, pero en mi caso aún estoy realizándome como profesional y formando la estructura para llegar a ese punto”, revela.
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