Y es que los miembros de la agrupación, junto a los familiares y amigos del veterano pianista, se reunieron para festejar la vida de una de las instituciones musicales más importantes del país.
Fue una fiesta sorpresa, ideada por su familia y celebrada en un lujoso hotel de Isla Verde, a la que asistieron 170 invitados, todos luciendo vestimenta blanca.
A su arribo al salón, minutos antes de las 9:00 de la noche, Rafael Ithier no pudo ocultar su cara de asombro al ver tantas caras familiares. Supo, tan pronto abrió la puerta, que se trataba de un festejo en su honor, pero lo único que pudo decir fue “me han da’o una cogida…”.
El homenajeado llegó a la hospedería pensando que debía amenizar una fiesta privada, cuando en realidad dejó atrás su trabajo como director de orquesta para disfrutar con su esposa Carmín, sus hijos Thelma, Carlos, Ivonne, Mérida y Maritza y sus nietos de una emotiva velada.
Allí le esperaba lista su agrupación –la ganga, como suele llamarle–, que de inmediato comenzó a tocar “Hojas blancas”, un himno que sirvió para realzar el cariño que le profesan sus allegados.
De inmediato, interpretaron “Un verano en Nueva York”, seguida de “Que me lo den en vida”, “Homenaje a Rafael Ithier” y “Arroz con habichuelas”, tema que formará parte del próximo disco de la orquesta, que se espera salga al mercado dentro de dos meses.
Para esta ocasión, los músicos de El Gran Combo se acompañaron en el piano del maestro Willie Sotelo, quien ha estado colaborando con el grupo en los pasados meses y que ya ha sido integrado “formalmente” en el colectivo para acompañar a Rafael Ithier en las actividades.
Eso no quiere decir que el líder de “La Universidad de la Salsa” abandona su grupo. Por el contrario, en su fiesta de cumpleaños aprovechó la ocasión para reiterar que continúa al frente de la orquesta que fundó en 1962 y que no se retira ni mucho menos la pone en venta.
Asimismo, en un aparte con Primera Hora manifestó que su deseo de cumpleaños es llegar a los 81 años y poder seguir disfrutando de El Gran Combo de Puerto Rico.
“Yo no me quiero morir, pero si me muero en este momento sería el hombre más feliz del mundo”, dijo a sus invitados el también compositor, quien recibió la sorpresiva visita en su fiesta de la cantante peruana Eva Ayllón, el autor boricua Mike Amadeo y el empresario artístico panameño Alejandro Gómez.
A esta gran celebración, que reunió a todo el familión Ithier y que estuvo organizado por sus hijas Maritza, Thelma e Ivonne, no podía faltar la presencia de las hermanas del artista, Esperanza y Ana Luisa, a quienes el pianista profesó públicamente su cariño.
“De verdad me siento muy bien físicamente, me queda todo lo que he vivido. Tengo un grupo de amigos… más que amigos son hermanos, que es El Gran Combo, que es un aliciente en la vida de nosotros”, expresó.
De la salsa a la bohemia
El salsero Gilberto Santa Rosa, quien en múltiples ocasiones ha hablado de los sueños que siempre tuvo de entrar a la orquesta, no podía faltar a la fiesta de cumpleaños de quien considera su mentor.
“Me siento bien honrado de haber sido invitado. Rafael para mí ha sido guía, consejero, un padre en la música. Le deseo larga vida, salud, todo lo mejor que se le puede desear, 80 años más y que ojalá yo algún día pueda ser como él”, anotó a PRIMERA HORA el vocalista, que asistió al festejo junto a su novia Alexandra Malagón y sus padres don Gilbert y doña Ana.
Otros que también celebraron el onomástico junto a Rafael Ithier fueron los productores Luisito Vigoreaux y Tony Mojena, al igual que el alcalde de Bayamón Ramón Luis Rivera, hijo, que estuvo acompañado de su esposa y su padre.
Además de la música de El Gran Combo, la fiesta contó con la participación del Sexteto Borinquen, bajo el mando del tresista Mario Hernández.
También hubo la presencia de un coro que, dirigido por la hija del pianista, Mérida, deleitó a los presentes con la interpretación de “Hojas blancas” y “Aleluya”, al estilo gospel.
Los recuerdos fueron la orden del día, ya que en dos grandes pantallas se exhibían fotos familiares y vídeos de las presentaciones de la orquesta. Además, los invitados recibieron como obsequio una pequeña caja con fotos del músico mientras que las mesas llevaban los títulos de las canciones más conocidas de la orquesta.
Para hacer honor al instrumento que aprendió a tocar de manera autodidacta, y con el que se ha identificado el artista en el último medio siglo, el pastel se realizó en forma de piano.
La última parte del festejo estuvo reservada para la bohemia. Bajo la tutela del pianista José Lugo, la primera en deleitar a los presentes con canciones románticas fue la peruana Eva Ayllón, una de las voces más exquisitas del pentagrama latinoamericano y a quien Rafael Ithier le tiene profunda admiración.
Seguido, intervino Gilberto Santa Rosa, quien junto a Jerry Rivas y Charlie Aponte, entonaron dulces boleros de nuestro acervo popular.
En varios instantes, Rafael Ithier tomó el control de la velada para narrar anécdotas y hacer chistes de las experiencias más impactantes de sus 80 años. El líder salsero también agarró el piano para acompañar a sus invitados y hasta se aventuró a cantar una segunda voz en un viejo bolero junto a Mario Hernández.
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