Los tres pequeños Beckham con una camiseta que no dejaba lugar a dudas de quién es su famosísima progenitora y lo orgullosa que está de su personal apodo: Posh (que se podría traducir como “pija”). Beau, el benjamín, miraba las luces y a la enfervorizada multitud desde los protectores brazos de su madre Emma, mientras que la también bebé Angel Iris hacía lo propio pegada a Mel B. La otra Melanie abrazaba a la segunda hija de su compañera, Phoenix, y Geri Halliwell, que fue la única que dejó a Bluebell Madonna en casa, intentó convencer a Romeo de que cantara con ella.
Tan felices están con su faceta maternal que incluso Mel C, la única que no tiene hijos, ha manifestado la “sana envidia” que le dan sus compañeras y hasta se plantea lo bonito que sería tener un retoño
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