La historia del Viejo Edgar se remite a un cantante con talento pero obligado por las circunstancias a ser aficionado. Para vivir, y aprovechando su gran fuerza física, es contratado para ser guardaespaldas de industriales y presidentes en su natal Ecuador. En sus tiempos libres, abandonaba la rudeza para subirse a una tarima y junto son sus amigos de fiesta entonar unas cuantas canciones que hacian delirar de alegría a los habitantes de el Chota.
Poco a poco su talento va cediendo para que abandone su próspera carrera de guardaespaldas de personalidades. El boca a boca de la gente en la zona norteña de Ecuador va corriendo la voz de un cantante que los pone a gozar a todos. Los conciertos se multiplican. Al viejo Edgar todavía no le preocupa grabar. Un amigo de la radio lo llama para que le regale un pequeño jingle para un cliente. “Algo original”. Es algo de 30 segundos. Es tal la fuerza de esa composición que deciden volverla una canción. Nace “El Negrito de La Salsa”. Pronto todo Ecuador la escucha. Es canción obligada en toda fiesta ecuatoriana. Los conciertos se multiplican. El Viejo Edgar graba su primera producción que decide vender en sus propios conciertos.
Pronto, la canción trasciende fronteras y comienza escucharse al suroccidente de Colombia. Tumaco, Pasto y Popayán reciben con mucha fuerza esta canción. Luego llega a la llamada Capital Mundial de La Salsa, Cali. Es un éxito total. En su primera visita promocional a Cali, El Viejo Edgar no sólo conquista seguidores por su canción sino que un indescriptible carisma natural hace su aparición y llena cuadras enteras con gente que lo quiere conocer y disfrutar de su talento.
Ahora, en 2008 la canción sigue sonando pero El Viejo Edgar se da cuenta que necesita dar a conocer más su potencial. Por eso, tomándose su tiempo, decide asesorarse de productores colombianos con cierta similitud musical y escoge un repertorio muy adecuado para su voz.
En estos momentos se encuentra grabando en Cali y los que han escuchado lo que se produce no dudan que se viene una nueva oleada de fiebre musical por este singular cantante ecuatoriano.
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