En su mayoría, los consumidores habituales, oyentes y melómanos, nacieron en las grandes urbes y están esperando que la música se sintonice con su entorno. “El movimiento de la salsa urbana está iniciándose. Está dando sus primeros pasos y para eso es necesario trabajar duro desde los medios de comunicación y con el público en general, porque los jóvenes, por lo general rockeros, apenas empiezan a involucrarse con la música latina y lo que debemos hacer los artistas es tratar de ser consecuentes con las personas que nos escuchan”, comenta Nicolás Cristancho, quien prefiere llamarse y ser llamado Yurgaki, así como sus ancestros árabes que un día llegaron a la región del Chocó.
Sin embargo, lo que se conoce como salsa urbana en la actualidad puede ser una manifestación contemporánea de lo que siempre ha sido el género porque desde su época de nacimiento, cuando aún estaba en pañales, se encargaba de registrar las historias locales de la denominada ‘Gran Manzana’. Ahora el ritmo es ejecutado por personas con características distintas; antes eran inmigrantes latinos en condiciones de vida difíciles, que hablaban de la marginalidad. Hoy la visión de los ejecutantes es más académica porque la interpretan profesionales de la música o estudiantes en formación.
“Los salseros actuales tenemos una mirada diferente, estamos tratando de superar la etapa de la salsa romántica de los 80 y de los 90 y buscamos hacer la música que nos gusta sin pensar tanto en los fenómenos comerciales”, asegura Jaime Arturo Rodríguez, cofundador de Conmoción Orquesta, un proyecto que surgió en 2002 pero que se consolidó tres años después cuando sus integrantes asumieron una disciplina de ensayos más rigurosa para publicar su primer disco, ‘La cara del gato’.
La diversidad es la principal característica de lo que se ha conocido como salsa urbana, porque se pueden encontrar propuestas antagónicas y eso refleja la realidad que se está viviendo. Las clases sociales, las tendencias culturales, los fenómenos económicos y las ideas políticas nutren el gran abanico de temáticas del género. En la parte sonora también es factible apreciar esa multiplicidad, porque hay bandas cercanas a la salsa tradicional, algunos grupos se inclinaron por la timba y otros se aproximaron a los elementos tecnológicos.
“En este momento hay un movimiento de gente joven de la capital que mira hacia el folclor de las regiones, se apropia de sus contenidos y elabora una propuesta particular. La salsa tiene una gran ventaja en nuestra ciudad y es que llega muy fácil a la gente porque somos latinos, nos gusta bailar y movernos al compás de los ritmos, más cuando van acordes con los latidos del corazón”, dice Carlos Humberto Rengifo, bajista, productor y compositor de AzulTrabuco, un grupo que comenzó su actividad musical con el jazz pero después se inclinó por la salsa. Y ahí se consolidó.
La salsa que se escucha en Bogotá, la salsa al estilo urbano, está todavía en proceso de formación. Y es que se trata de una preparación concienzuda, delicada, que debe atravesar por un proceso de adolescencia y madurez. Por ahora este género naciente tiene una identidad transitoria que necesita de más cocción para mejorar su sabor.
‘Salsa D.C.’, la nueva música colombiana
La 33, Calambuco, Sidestepper, La Conmoción Orquesta, el Sexteto Latino Moderno, la Real Charanga, Yurgaki, AzulTrabuco, ChocQuibTown, La Más Orquesta y Toño Barrio Latin Groove, son algunos de los invitados en esta selección llamada Salsa D.C., el segundo producto de la colección de NMC Nuevas Músicas Colombianas de Discos MTM.
Casi todas las bandas presentes en este álbum nacieron en el Distrito Capital (D.C.) o fueron acogidas por la ciudad en algún momento.
Tal como sucedió con NeoTropical, la producción anterior, el disco contó con la producción general de Humberto Moreno, la curaduría de Camilo de Mendoza y el diseño gráfico de Carlos E. Lemoine. Los textos corrieron por cuenta del experto César Pagano.
El sello ya está pensado en el próximo producto, que estará destinado al jazz nacional, con lo que se complementa la visión de lo que está pasando con la música colombiana.
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