Los investigadores de la Universidad de Bonn hicieron un experimento con hombres casados, que consistía en darles una dosis de la hormona oxitocina y ponerlos frente a mujeres atractivas.
La hormona milagrosa es la oxitocina, que es producida por el cuerpo en las primeras fases del noviazgo, en el parto y durante la lactancia.
Los hombres se distanciaron inmediatamente de las mujeres y los científicos concluyeron que la hormona engaña al cerebro para que piense que la pareja está cerca, así el hombre no siente la tentación de ser infiel.
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