Diez mil pasos para no engordar

Tota

Para perder los kilos que nos sobran en el cuerpo y después mantener el peso ideal conseguido, no basta con medir las raciones y piezas de los alimentos y bebidas que consumimos, y contar las calorías que ingerimos cada día. ¡También hay que tener en cuenta la cantidad de pisadas que damos!

Un régimen con menús diarios y un programa de gimnasia prescrito y controlado por un médico o nutricionista, una tabla de ejercicios, una lista de los alimentos y su contenido calórico, una pequeña báscula para pesar ingredientes y una jarra para medir líquidos y harinas, diuréticos, barritas saciantes, plantas medicinales, fármacos bajo receta médica; son algunos de los elementos más habituales que se pueden encontrar en el “arsenal para adelgazar” de aquellas personas que quieren perder peso y no volver a recuperarlo. Pero a la lista de productos y recursos destinados a mantener a raya la obesidad se acaba de sumar uno nuevo: el podómetro o “cuenta pasos”.

Este artefacto electrónico, equipado con un sensor interno que es capaz de detectar el balanceo que produce cada zancada de la persona que lo lleva y registrarlo, se emplea para medir el número de pasos que se dan, y también puede ser útil para medir distancia, velocidad y ritmo de una caminata. Según un estudio de investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, la utilización del podómetro contribuye a mejorar la actividad física y en consecuencia el estado y forma física de su usuario.

Las personas que utilizan este aparato –que tiene un tamaño inferior al de un teléfono móvil y que contabiliza y muestra en una pantalla digital los pasos que va dando su portador- caminan mucho más que las que no lo usan, según este trabajo. La investigación se realizó con 2.767 personas, en su mayoría mujeres, con una edad media de 49 años, las cuales tenían sobrepeso y un estilo de vida propenso al sedentarismo. Cuando utilizaron el podómetro, todas ellas mejoraron su condición física reduciendo el peso y evitando la inactividad física.

Los expertos creen que el efecto psicológico que supone salir airoso de un reto, como por ejemplo superar la cantidad de pasos que se han dado el día anterior, es un factor estimulante para mejorar la forma física. Por otra parte, otros investigadores han calculado en 10.000 pasos diarios, la “cifra mágica” destinada a evitar el sobrepeso en una persona y considerarla activa.

Una persona sedentaria puede comenzar con 3.000 pasos e ir aumentando paulatinamente, hasta alcanzar los objetivos establecidos para controlar el peso, los cuales varían según la edad y el sexo: las mujeres de más de 60 años no necesitan más de 8.000 y en los hombres mayores de 50 podrían ser suficientes con 10.000 u 11.000 pisadas.

Sin duda el podómetro es un gran aliado, a la hora de adelgazar, como demuestra otra reciente investigación. Con sólo llevar este aparato que cuente los pasos que dan al caminar, correr, trepar, bailar o hacer deporte, las personas inactivas con exceso de peso u obesas, que caminan a diario pueden adelgazar, aunque no sigan una dieta especial.