El niño y la mujer mantuvieron una relación íntima durante meses, según el director del colegio, al que el menor asiste, al diarioNew Zeland Herald. El hombre describió cómo el niño se le acercó el pasado mes de abril para confesarle la relación que mantenía con la madre de su amigo, la cual un día lo invitó a su casa, lo emborrachó y mantuvo relaciones sexuales con él. Los contactos sexuales entre ambos continuaron durante meses y, aunque el muchacho aseguró ser muy consciente de la situación, confesó que "necesitaba ponerle fin a aquello".
El director, consternado por esta confesión, acudió de inmediato a los servicios de Infancia y Familia y a la Policía para denunciar los hechos. Desde entonces el caso sigue la vía judicial. Tanto la Policía como los servicios sociales dicen que la mujer ha negado los hechos, y han declinado hacer más declaraciones.
El caso, que ha conmocionado a la opinión pública neozelandesa, ha puesto también en el punto de mira la legislación de este país, según la cual el delito de violación se aplica sólo a los hombres, que se enfrentan a una pena máxima de 20 años. Las mujeres que fuercen a otra persona a tener relaciones sexuales con ellas no pueden ser condenadas por violación, sino por abuso sexual, y suelen enfrentarse a un máximo de 14 años de prisión.
Una parte de la sociedad considera discriminatoria esta diferencia, pues sólo los hombres pueden cargar con el estigma de violadores y han de pagar un precio más alto que una mujer por un delito idéntico.
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