
Mientras ella sigue encerrada en su cuarto, a las nueve y media de la mañana llega al apartamento Carolina, su asistente, porque quería consultarle algo. Tocaron en su puerta pero del otro lado se oyó su voz que decía que no la molestaran, que estaba dormida.
Había dejado también su trabajo en la radio, había probado sin éxito y con desavenencias con sus socios en el negocio de joyas y accesorios Turmalina y Durando, y había llamado la atención de los medios con la euforia que mostró en la gran fiesta de su matrimonio con Carlos Oñate.
Del otro lado nada se oye. Todos creen que Lina duerme. Hacía un mes que sus papás y su hermana habían venido de Medellín a acompañarla porque se estaba sintiendo muy sola. Sin embargo, la noche anterior parecía muy entusiasta de estar todos juntos, y feliz con el hecho que se iban a dar una segunda oportunidad con su marido de cuatro meses.
El mundo a su alrededor se había convertido en un espejo insidioso que la señalaba, que distorsionaba su cuerpo, haciéndola ver a veces muy gruesa, a veces excesivamente delgada, y estas visiones la arrinconaban en su tristeza hasta las lágrimas.
Esa mañana –para Paulina– su hermana quiso hacerles creer que estaba bien aunque, por dentro, ya estaba todo decidido para ella. A nadie se le pasó por la cabeza abrir esa puerta, ahí tan cerca, la puerta de su cuarto, hasta las once, la hora del sonido horrible, la oscura hora en que todos escucharon un estropicio de cristales y despertaron en medio de la pesadilla de Lina tendida sin vida en el fondo de su abismo. Faltaron 24 días para que cumpliera sus 30.
Según Cromos ellas desearon hablar “para darle paz y claridad a la memoria de Lina, agradecidas por tantas buenas palabras en la prensa pero al mismo tiempo molestas por otras tantas morbosas e infundadas”.
Su vida
Según la mamá, Lina era una mujer muy sola “No tuvo apoyo de nadie. Ahora todos se quieren dar el título o la fama, como lo quieran llamar, sabiendo que ella no tenía amigos… era la persona más sola del mundo”
Por su parte su hermana aclara que la modelo no estaba enferma “mi hermana me decía que todo el mundo pensaba que estaba enferma, que tenía algo, pero que nadie sabía que lo que ella tenía no tenía cura, que era la enfermedad más grave que hay. Cada vez que leía la Biblia se calmaba, decía “yo tengo a Dios”, se mantenía con la Virgen Milagrosa en la mano”
Relatan que leía mucho la Biblia y que el último mes la leyó todos los días.
Sobre el psicoanalista que la estaba tratando la depresión la hermana indicó que “él decía que era difícil, pero que ella podía salir porque era una mujer muy fuerte. Le mandó una pastilla para que se relajara pero le hizo el efecto contrario. Ella le decía al doctor: “para qué me manda eso si yo puedo sola”. Se tomó una sola, y dijo no más y ahí se quedó el frasquito enterito. Y cada día iba mejorando y mejorando. Cuando pasara todo esto planeaba montar el negocio de la miscelánea que ella quería. Ya tenía todo en la casa”.
Los proyectos de Lina
Según la madre de Lina Marulanda, una de las obsesiones finales de Lina era tener un hijo. Relata Beatriz que además quería “abrir su nuevo negocio, La MisceLina, y publicar el libro que escribió sobre su vida y que después saldrá porque está ahí. También quería abrir un instituto para ayudar a la gente”. Este instituto sería para ayudar a personas con depresión.
Lina era feliz con la hija de su hermana. La pequeña se llama Hanna y tiene dos años. “Ella decía que era la hija de ella, no la mía. Me llamaba y me decía que se la pasara, que le mandara fotos. Era una enfermedad, ella veía a la niña y se enloquecía”, relata Paulina.
El 15 de mayo de ese año (2010) Lina cumpliría 30 años.
Sus negocios
El reportaje relata que con su muerte no pudo cumplir un negocio millonario como imagen de un producto. Además que días antes de su muerte había empezado a trabajar con Juan Manuel Santos.
Según la hermana una de las cosas que más la mortificó fueron los problemas con sus socios. “Sí, es cierto, ella venía en un pleito con sus socios, porque cuando ya se dice “vamos a cerrar la sociedad” llegan los problemas. Pero especialmente desde enero fue que empezó con una gran tristeza. Sí, ella le metió el alma. Es como cuando tú tienes una ilusión y le metes toda la fuerza y consigues todo y de pronto todo se desbarata”.
Y dice que pensaba alejarse un poco de todos los problemas y salir de Colombia. “Por los procesos jurídicos con lo de sus socios no podía salir del país. Pero necesitaba irse, y me dijo que quería irse lejos, a la India, de retiro, encontrarse con ella otra vez. Quería irse”, dijo paulina.
Su esposo
Según el repotaje de la Revista Cromos la noche anterior estaba feliz, porque había hablado con su esposo para que volvieran pero Lina quería que se dieran un tiempo de 15 días.
“Todo el trabajo y los ahorros de su vida quedaron en nada y eso es doloroso. Trabajar desde los 12 años, meterle todo el empeño para nada, se amanecía porque decía que tenía que hacer las cosas bien. Eso de pronto le fue afectando su relación con Carlos Oñate, su esposo”, dijo su hermana.
Al esposo es una de las personas que mas le ha afectado la partida de Lina. “A él le ha dado muy duro. Hablo mucho con él y le digo que no tiene que sentirse culpable, porque hay cosas en la vida que uno no puede detener y eso era lo que ella quería. Darle fin a muchas cosas a las que no les encontró solución. Fue la acumulación de muchos problemas, entre ellos el robo que le hizo una empleada y su mano derecha durante 15 años, que se le llevó todo. Eso le dio muy duro, la desilusionó mucho”.