
1) Lo primero que debes trabajar es en tu fuerza de voluntad, pues aunque estés dispuesto a levantarte temprano, la realidad es que estás predispuesto a que dormirás un poco más después de que suene la alarma, por lo que en la mayoría de las ocasiones se te hace tarde.
2) Es una realidad que no podrás levantarte temprano si te fuiste a dormir tarde, pues tu cuerpo no ha descansado bien, y será lógico que te cueste trabajo poder abrir los ojos. Cambia esos hábitos, descansa bien y notarás la diferencia en tu ánimo por las mañanas.
3) Algunas personas son más susceptibles a los efectos de la cafeína, y de acuerdo con un estudio, la cafeína consumida seis horas antes de la hora de acostarse afecta tanto como la tomada solo tres horas antes. ¡Ojo! No sólo el café la tiene, también el chocolate y los refrescos.
5) También se ha mencionado que comer antes de dormir puede provocar insomnio y mal descanso pues te sentirás pesado; lo ideal es cenar dos o tres horas antes de irse a descansar, y beber agua.
6) Hacer ejercicio por la tarde-noche también puede ayudar a que vayas a la cama cansado, dispuesto a descansar, pues tu cuerpo se oxigena y relaja. No es necesaria una rutina extrema, con salir a caminar o hacer algo de bicicleta será suficiente.
7) Hay que ser perseverante y disciplinado con los horarios. Hay que tener una hora fija para irse a dormir y otro para levantarse durante toda la semana, con el objetivo de que el cuerpo se acostumbre y se haga un hábito.
8) Las alarmas son muy fastidiosas e irritantes, supuestamente con el objetivo de hacerte levantar, pero ¿has probado poner una canción que te guste? Algo movido y alegre, de esas que te ponen de buenas… Sin duda podría ser un aliciente para despertar con toda la actitud.