Con el MRKH, el sistema reproductivo empieza a desarrollarse pero esto no termina por completo. Las niñas que tienen el síndrome de MRKH tienen ovarios y tubos de falopio normales, pero en la mayoría de los casos el útero no está presente o es muy pequeño.
Donde normalmente se ubica la vagina, hay una pequeña incisión que da la impresión que todo es normal. Ahora ella está en un tratamiento que le permitirá tener vida sexual en el futuro.
Al principio, Jacqui tuvo mucho temor de enfrentar su problema, pero hoy ha tomado la decisión de contárselo al mundo para crear conciencia de que este no es un defecto que pueda detener su vida normal, sino más bien un caso para tomar conciencia que es un problema que le ocurre a una de cada 5 000 o 10 000 bebés femeninos.
Ahora en las redes sociales Becky ha recibido el apoyo de miles de admiradores y amigos.
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