Gestores farmacéuticos, los héroes sin capa del sistema de salud

Tota
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Farmacia
Columna de opinión

Quiero referirme a una figura cuyo nombre no es muy conocido, pero que de seguro lo ha tocado de cerca y usted aún no lo sabe, se trata de: “los gestores farmacéuticos”.

Los gestores han estado presentes en el sistema de salud desde los inicios de la Ley 100 de 1993, pero sin figuración legal. Son actores que sólo hasta ahora, con el nuevo Plan Nacional de Desarrollo que está por expedirse, serán reconocidos como integrantes del Sistema General de Seguridad Social en Salud. Estas entidades generan un inmenso valor en lo que se llama “accesibilidad”, pues son los únicos establecimientos de salud que llegan a todos los departamentos de Colombia. Además de llevar medicamentos, aseguran su disponibilidad, calidad, seguridad y eficacia y contribuyen, además, a la sostenibilidad financiera de la salud en Colombia, gracias a sus compras bajo economías de escala para todas las EPS a quienes surten.

Imaginemos que usted va a donde el médico y él le receta para su hipertensión –enfermedad tan común en estos días – un medicamento de esos que sí están contemplados en el plan de salud (¿se acuerda del famoso POS que ahora se llama “PBS”- plan de beneficios en salud?) – y otro de esos medicamentos que no están en el POS. Cuando usted va a reclamar sus medicamentos, con previa autorización de la EPS, a uno de los puntos de estos gestores, éste, desde meses atrás, debió haber contactado a más de 300 laboratorios e importadores de medicamentos para que le suministren mas de 15 mil referencias, y en ese proceso de adquisición para garantizar el inventario suficiente para que usted pueda tener sus medicamentos, debió haber efectuado una compra técnica garantizando que el producto que usted se va a tomar o aplicar, no esté falsificado o sea de contrabando.

Así mismo, después de importar o comprarle a un laboratorio farmacéutico el producto, debió haberlo recibido en un gran “depósito de drogas” en donde debe almacenarlo con unas estrictas reglas internacionales que se llaman “BPA” o “buenas prácticas de almacenamiento” porque todos los medicamentos, especialmente en los que se debe mantener una cadena de frío, deben mantenerse a ciertas temperaturas y bajo ciertas condiciones de almacenamiento para que no pierdan su eficacia. Ni qué decir de los medicamentos de control y monopolio del estado (como la morfina o la hidromorfona)… y su delicado manejo.

Para que el medicamento pueda llegar a la droguería en la cual usted lo va a reclamar, los productos deben ser transportados, no en cualquier camión, sino en un transporte altamente especializado para garantizar que, durante el trayecto, el medicamento permanezca impecable. Si el medicamento es una preparación magistral, el gestor debe proceder a prepararlo en su central de preparaciones, y si la dosis no coincide con la presentación comercial, debe proceder a reempacar o reenvasar el medicamento – en centrales de reempaque y reenvase-para que a usted le llegue la dosis exacta.

Finalmente, el medicamento llega al punto dispensador, y allí el gran desafío para los gestores farmacéuticos, que por cierto no son quienes prescriben los medicamentos -ello corresponde a clínicas y médicos-, comprende la entrega responsable e informada de los productos a cada paciente del sistema. Cuando usted va a una droguería de un gestor farmacéutico, la entrega se la hace siempre, por norma legal, personal calificado (auxiliares o regentes de farmacia o químicos farmacéuticos) que le dicen cuales son las contraindicaciones y riesgos de ese medicamento, así como sus instrucciones de uso y almacenamiento en casa. Adicionalmente el gestor farmacéutico está pendiente de que usted tenga adherencia al tratamiento, es decir, que se tome el medicamento todos los meses para que no tenga recaídas y en caso de que no lo haga, puede coordinar con su EPS el paso a seguir.

Y si tiene usted la mala suerte de tener una reacción adversa o una alergia a ese medicamento, el gestor farmacéutico tiene disponible una línea de atención permanente para atender estos casos, coordinar con la EPS el plan de acción, y reportar el impasse a las autoridades competentes.

Para cumplir con este proceso en las mejores condiciones posibles, y considerando las dificultades en el flujo de recursos por parte del sistema de salud, son los gestores farmacéuticos quienes en últimas están apalancando el ciclo de financiamiento de uno de los componentes más importantes del sistema de salud: el farmacéutico. Esto es aún mas relevante en medicamentos no POS, es decir, en donde, no es la EPS la que asume directamente el precio, sino que, al no estar en el Plan de Beneficios, deben ser recobrados directamente al Estado, a una entidad conocida como la ADRES, que es el gran banco de la salud en Colombia. Cuando su médico le receta un medicamento fuera del POS (hoy PBS), literalmente el gestor farmacéutico debe “correr” a conseguirlo, muchas veces al precio al que el importador o laboratorio fije unilateralmente, y en casi todas las veces con pago de contado, lo anterior debido al escaso término que trae la norma (5 días) o la tutela (usualmente 3 días) para que el medicamento llegue a sus manos oportunamente, porque usualmente no es un medicamento que el gestor farmacéutico tenga en inventario en sus bodegas o en sus droguerías.

Esa gran infraestructura de los gestores farmacéuticos (puntos a nivel nacional, grandes centros de distribución, centrales de reempaque y reenvase, centrales de preparaciones de medicamentos magistrales, transporte especializado, tecnología y sistemas de información robustos, personal altamente calificado para garantizar el manejo adecuado y la entrega informada del producto) representa un valor agregado, muchas veces oculto, que tiene grandes costos que, en la medida en que haya obstáculos en el flujo de recursos, y los costos no sean absorbibles, afecta directamente la entrega del producto a usted, como usuario del sistema: en definitiva los laboratorios e importadores no despachan el producto si no hay un pago garantizado.

Todo esto, por supuesto, sería imposible hacerlo manualmente, pues los millones de transacciones lo impedirían. Según cifras de Fenalco, presentadas en el evento Concordia de las Américas 2019, en donde se agrupan gestores farmacéuticos que representan el 85% del régimen contributivo- en 2018 se atendieron 15.409.431 millones de usuarios, por semestre -haga a proyección anual-; se dispensaron 37.1 millones de fórmulas al semestre; y se entregaron 178 millones de medicamentos en el primer semestre del año, con un valor de dispensación de $4,1 billones.

Los gestores farmacéuticos cuentan con información relevante que desafortunadamente hoy no está articulada en el sistema de salud, la cual representa un insumo valioso para tomar decisiones de política pública. La trazabilidad que realizan los gestores les permite recolectar datos significativos sobre el uso y el posible abuso de los medicamentos. De igual manera, y de acuerdo con la información que recopilan cuando el paciente recibe su medicamento, se podrían realizar análisis de tendencias de errores en eventos adversos, de cara a la realización de pronósticos de impacto nacional.

Me parece importante que todos conozcamos que son y qué hacen estos actores. Casi nadie habla de ellos. Casi nadie los conoce. Y en un país como Colombia, con una extensa área geográfica, en muchos casos de difícil acceso, los gestores farmacéuticos, a través de sus droguerías y centros de distribución prestan un invaluable servicio social en salud, ya que están ubicadas en las principales ciudades, pero también en los sitios más apartados. Hay opiniones explícitas y obviamente cuestionables (incluidas opiniones de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y del Instituto de Derecho Procesal, dirigidas a la Corte Constitucional), en donde consideran a los gestores farmacéuticos entidades de inferior categoría a las IPS o EPS. En este sistema articulado, en donde el movimiento de una nuez puede alterar el conjunto, ningún integrante es menos importante que otro. Del equilibrio entre ellos depende el equilibrio del sistema.

Aunque Colombia es ejemplo internacional en materia de cobertura en servicios, nadie puede desconocer las dificultades que atraviesa el Sistema General de Seguridad Social en Salud. Las dificultades en el flujo de recursos minan la capacidad de los gestores para garantizar la dispensación en los municipios donde las EPS tienen afiliados, situación que pone en riesgo no sólo las operaciones, sino la calidad y oportunidad en la prestación de sus servicios para los pacientes.

Por ello, se requieren soluciones estructurales que cuenten con la participación de los diferentes actores públicos y privados en conjunto con la sociedad como actor principal, de cara a construir un pacto por la salud en el cual tengan asiento los gestores farmacéuticos, (antes desconocidos y luego de este acercamiento, espero sean, reconocidos por usted).

 

 

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