
Jorge Mario Bergoglio, su nombre secular, luchó en los últimos años con una neumonía bilateral, que lo tuvo 37 días en el hospital de Gemelli en Roma. A pesar de recibir el alta médica, el jefe de la Iglesia Católica murió en la Casa Santa Marta.
En su última reunión diplomática atendió al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vans, con quien tuvo un corto encuentro, dada la situación de salud del papa. En los últimos años, Francisco había demostrado su preocupación hacia la coyuntura de los inmigrantes, las guerras, y los crímenes de lesa humanidad.
En noviembre de 2024, el papa firmó el más reciente tomo del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Este es un libro litúrgico en el que se detalla todo lo relacionado a su funeral, exequias, y más sobre la elección de su sucesor. En dicha edición, Bergoglio declaró que será sepultado en una capilla de la basílica romana de Santa María La Mayor, ubicada en Roma.
Durante su funeral, su cuerpo no sera expuesto, y reposará “en un catafalco en la basílica de San Pedro, sino en un ataúd que ya no será triple como antes”, según expresa EFE. Como establece la Constitución Apostólica ‘Universi Dominici gregis’ (1996), la Iglesia queda en “sede vacante”, y quien asume el mandato parcial será el cardenal Kevin Joseph Farrell. Posteriormente, se llevará a cabo el cónclave, reunión en la que los cardenales eligen el próximo líder de la Iglesia Católica.
Francisco asumió su mandato el 13 de marzo de 2013, al suceder a Benedicto XVI, quien eligió renunciar al cargo. Después de más de 12 años, el papa deja un legado en torno a la solidaridad, la tolerancia, el respeto mutuo, y la ayuda al prójimo.