Existen diferentes tipos de inversión que buscan un retorno o rentabilidad. Uno de ellos es entregar recursos a una fiducia. De acuerdo con BBVA, una fiducia es un acuerdo legal donde una persona natural o jurídica hace entrega de bienes o dinero para que el ‘fiduciario’ lo administre o lo use de manera determinada para generar rendimientos y o con algún beneficio en favor de los fideicomitentes.
Básicamente, una fiducia se encarga de administrar el bien de acuerdo con lo que se firmó en el contrato. En cuanto se cumpla el objetivo de ese contrato, el fiduciario debe devolver el bien o los recursos a su o sus propietarios.
Para conocer más acerca de las fiducias y sus tipos, la entidad anteriormente citada explica que existen cuatro diferentes:
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Cuando se decide invertir en una sociedad fiduciaria, hay que entender cuál es el objetivo de la inversión. El pago de una deuda, la generación de rendimientos, entre otros objetivos. Además, el retorno o la rentabilidad depende también del perfil de riesgo por lo que esto puede generar ciertas variaciones.
En ese orden de ideas, en el mercado se pueden encontrar fiducias de renta fija con porcentajes por encima del 6% anual. También se puede invertir en fiducias de tipo variable que, por lo general invierten en acciones y, según el mercado, podrían generar un rendimiento por encima del 12% anual. De otro lado, hay fiducias en el sector inmobiliario, que invierte en bien4es raíces con rentabilidad4es por encima del 10% anual.
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