
Muchos son los connacionales que residen en el exterior y hacen transferencias desde el extranjero a sus padres, parejas o hijos, bien sea en pesos, divisas o btc usd, con el fin de ayudarles a sortear la situación económica actual.
Por lo que, entender el impacto que estas tienen en el desarrollo económico del país es fundamental, ya que, desde su contribución al ingreso y el consumo hasta su papel en la inversión y la reducción de la pobreza, las remesas representan un fenómeno que influye significativamente en la economía colombiana.
Se debe aclarar, inicialmente, que las remesas no son más que transferencias de dinero que realizan los migrantes hacia sus hogares en su país de origen.
Para nuestro país, estas transferencias tienen una relevancia creciente debido a la expansión de la diáspora colombiana en diferentes partes del mundo, especialmente en Estados Unidos, Europa y otros países de América Latina.
Según datos del Banco de la República, las remesas recibidas a lo largo del tiempo han experimentado un crecimiento sostenido a tasas superiores al crecimiento de la actividad económica, alcanzando cifras récords en los últimos años.
Esto ha llevado a que su proporción con respecto al producto interno bruto (PIB) alcance un máximo histórico de 2,8 % en 2024, mientras que hace una década apenas representaban el 1,1 % del PIB. Para ponerlo en perspectiva, el volumen de remesas recibidas ha crecido de manera sostenida, pasando de alrededor de $2.000 millones en 2010 a más de $11.848 millones en 2024.
Este aumento puede atribuirse a varios factores, entre ellos:
Además, durante la pandemia de COVID-19, las remesas demostraron ser un mecanismo de apoyo crucial para muchas familias colombianas, ayudando a sostener el consumo y a afrontar las dificultades económicas.
Según se ha conocido, las siguientes son algunas formas en las que las remesas han aportado al sistema económico colombiano.
Como ya dijimos, en la actualidad, las remesas representan un ingreso directo para muchas familias en Colombia.
Estas permiten a los hogares cubrir gastos básicos como alimentación, salud, educación y vivienda. Incluso, para muchas familias que viven en zonas rurales o en condición de pobreza, son una de las principales fuentes de ingreso, ayudando a estabilizar su economía familiar.
De hecho, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las remesas familiares contribuyen aproximadamente al 4% del ingreso total de los hogares en Colombia.
Como es lógico, el dinero enviado desde el exterior incrementa el poder adquisitivo de las familias receptoras, estimulando el consumo local. Cuando las familias tienen más recursos, pueden adquirir bienes y servicios, lo cual favorece a los comercios y a las empresas nacionales.
Además del consumo, las remesas también favorecen la inversión en proyectos productivos y en vivienda.
La realidad es que muchas familias utilizan estos fondos para mejorar sus viviendas, iniciar pequeños negocios o pagar estudios. En los últimos años, la inversión en vivienda, en particular, ha crecido notablemente, ayudando a financiar la adquisición o mejora de propiedades.
Esto genera un efecto positivo en la construcción y en el mercado inmobiliario, promoviendo el desarrollo urbano y rural.
Finalmente, una de las contribuciones más importantes de las remesas en Colombia es su papel en la lucha contra la pobreza.
Según el Banco Mundial, las remesas han ayudado a reducir la pobreza en las zonas más vulnerables del país, al ofrecer un sostén económico que permite a las familias cubrir necesidades básicas y acceder a servicios esenciales.
En muchas ocasiones, estas transferencias son una red de seguridad en momentos de crisis económica o desastres naturales.
A continuación, les compartimos algunos datos relevantes que ilustran el papel de las remesas en Colombia:
Estados Unidos, España, Venezuela y Ecuador son los principales países desde donde los colombianos envían dinero.
La mayoría de las remesas llegan a hogares en zonas rurales y en la región Andina, donde la pobreza y la desigualdad son mayores.
Pero, a pesar de la importancia que indudablemente tienen estas transferencias, existen desafíos que deben abordarse para maximizar su impacto positivo en la economía colombiana como, por ejemplo:
Por otro lado, las remesas ofrecen oportunidades para fortalecer la economía digital, impulsar el emprendimiento y reducir la desigualdad social en Colombia.
De hecho, un fenómeno que ha comenzado a despuntar es el de la utilización de nuevas formas de transferencia digital, como las criptomonedas, donde el valor del Bitcoin en dólares estadounidenses (BTC USD) es una referencia para muchos migrantes que buscan formas alternativas de enviar dinero que sean más rápidas y económicas.
En conclusión, las remesas internacionales, además de ser una fuente significativa de ingreso para muchas familias colombianas, son también un motor para el consumo, la inversión y la reducción de la pobreza, y su crecimiento sostenido en los últimos años refleja su importancia en el desarrollo económico del país.
Por eso, es importantísimo que las políticas públicas y la innovación en servicios financieros faciliten su canalización y uso efectivo a fin de potenciar aún más su impacto positivo en el país.
MÁS SOBRE: