Cerca del retiro Tommy Olivencia

Tota

Ante la falta de taller, el director de orquesta Angel Tomás ´Tommy´ Olivencia podría retirarse de la música, pero sería después de la producción de un disco con J&N Records y del concierto «40 años de salsa y sabor» que el 26 del corriente efectuará en el Anfiteatro Tito Puente del Parque Luis Muñoz Marín.

«Estoy pensando en el retiro porque no estamos trabajando como merece una orquesta que tiene muy buenos músicos. Por eso es que estoy pensando en abrir una pizzería y dedicarme a ese negocio», confesó a Espectáculos el músico de 62 años nacido en Santurce y criado en Arecibo.

Mientras se acerca la cita del 26 de agosto, Olivencia pasa revista a lo que ha sido su trayectoria. Hoy, en que el cansancio se asoma a su rostro, alma adentro se siente satisfecho porque reconoce que, a pesar de sus limitaciones como trompetista y arreglista, su orquesta La Primerísima ha dejado una huella imborrable en el pentagrama isleño.

«No fue fácil porque no era primera trompeta ni era lindo. Comencé braveando en la época de Cortijo y La Panamericana. Luchamos mucho», recordó Olivencia, cuyas primeras lecciones de música se las ofrecieron los profesores Lorenzo Feijo y Mario Vega.

Olivencia, quien comenzó copiando la música de la Sonora Matancera, organizó su orquesta en 1957, tras colaborar estrechamente con el cantante Luis Lebrón, a quien se le atribuía el crédito de la dirección de su Conjunto Camaguey.

«Participé en grupos locales como líder, pero el nombre se lo llevaba otro», dijo Tommy.

A su regreso a Santurce y gracias a la pianista Crucita Sustache, Tommy se conectó con los músicos de San Juan. El primer baile en que se proyectó como líder de su propia banda fue a fines de 1957 en una presentación en el Army Beach en la que el sonero Chamaco Ramírez debutó con él.

En un ambiente dominado por Cortijo, Lito Peña y César Concepción, Olivencia pudo sobrevivir tocando en clubes como La Riviera y el club El Cofre, cuyo nombre utilizó para identificar su banda.

Diez años transcurrieron antes de su primera grabación: el éxito Trucutú inmortalizado por Chamaco Ramírez, editado en un disco de 45 rpm que resonó fuerte en Radio Voz y WAPA Radio.

«En aquel tiempo era muy difícil grabar. Sólo lo hacían Cortijo y La Panamericana. Casi todos los discos que llegaban eran grabados en Nueva York. Era muy difícil grabar. Cuando grabé Trucutú, yo no tenía los chavos para pagarle a los músicos».

Quemando las ondas, Trucutú le brindó la oportunidad de grabar un disco completo, al cual se unió el bolerista y guarachero Paquito Guzmán, vocalista y corista de la orquesta de Joe Quijano.

La producción fue financiada por el francés Henry Deb’s, quien vendió una copia de la cinta a Jorge Valdés y Pedro Páez, de La Flor Records. El nombre de esta casa disquera cambió a Inca, sello que -a sugerencias de Tommy- posteriormente contrató a la Sonora Ponceña y Willie Rosario.

En 1968, la orquesta de Olivencia era una de las más solicitadas en Puerto Rico. Por problemas personales, Chamaco Ramírez fue encarcelado, siendo sustituido por Sammy ‘El Rolo’ González, quien años después se incorporó al Apollo Sound de Roberto Roena.

La etapa más productiva y efervescente en la carrera de La Primerísima, nombrada así por el radiodifusor Pichín Román Collazo, se registró entre 1972 y 1974, etapa en que produjo clásicos como Juntos de nuevo y Planté bandera.

El impacto social de la orquesta se atribuye a las temáticas pasionales de los boleros de Paquito Guzmán y a lo mucho que el pueblo y el barrio se identificaron con las inspiraciones de Chamaco Ramírez, orgullo del Callejón Bolívar y del Residencial Quintana.

La orquesta de Olivencia se ha caracterizado por ser cuna de grandes músicos y soneros. En su nómina estuvieron Endel Dueño, Luis ‘Perico’ Ortiz, Julito Alvarado, Cusi Castillo y los cantantes Paquito Guzmán, Chamaco, Sammy, Lalo Rodríguez, Simón Pérez, Marvin Santiago, Gilberto Santa Rosa, Frankie Ruiz, Héctor Tricoche y Pichi Pérez, entre otros.

«Siempre le dí el crédito a los cantantes. Por eso la mayoría ahora son solistas. Nunca me afectó porque, mucho o poco, estoy trabajando. Y todos se llevan muy bien conmigo. A Gilbertito yo lo ponía en la tarima a presentar la orquesta. Fue así que aprendió a manejar al público».

Tras una década productiva, en que inmortalizó éxitos como Evelio, Un poco más, Vengo del monte, El Negro Chombo, Como sube la gasolina, Del montón y otros, la orquesta perdió terreno por los problemas personales de Olivencia, quien se volvó a la administración de salones de baile como El 8 Mil y El Rancho Jagueyes.

«No le dediqué a mi grupo el tiempo que necesitaba. Me metí en muchos negocios. Eran tantas cosas a la vez y creía que las podía manejar todas. Pero no tuve a mi lado una persona que me ayudara a administrar los centros nocturnos, discotecas y pizzerías que tuve».

No obstante, La Primerísima experimentó un segundo aire a mediados de los 80 con la llegada, vía La Solución, de Frankie Ruiz, sonero de pueblo que -al igual que Chamaco y Marvin- afrontó problemas con la justicia por su adicción a las sustancias controladas.

En vísperas de la celebración de su cuadragésimo aniversario, lo embarga la tristeza cuando recuerda el trágico final de jóvenes como Chamaco y Frankie. Según Olivencia, la droga estaba muy metida en el género de la salsa.

«Es lamentable. Muchos querían superar su imagen usando cocaína y mariguana. En esos años, muchos cantantes y parte de los mejores músicos, directores y arreglistas, estábamos en ese movimiento. Fue un fallo para todos. Es duro admitirlo, pero ambas cosas se complementaban».

Tommy también afrontó problemas con la justicia. Pero se reivindicó. Hoy, reincorporado a la libre comunidad, puede caminar con la frente en alto.

«A veces siento un poco de temor respecto al público. Pero las personas me han demostrado que me han perdonado. Veo en la sinceridad de la gente que han olvidado el error que cometí».

Lo único que lamenta de su carrera artística es no haberse preparado como correspondía en el estudio de su instrumento. «Pude culminar mis estudios y no lo hice. Pude ser un buen arreglista. Eso lo lamento».
Tras su contribución al género, Olivencia considera que el trabajo de la nueva generación de exponentes es valioso, con la única salvedad de que se ha olvidado un poco al bailador.

«Muchachos como Michael Stuart, Víctor Manuelle y el mismo Gilbertito están poniendo su granito, siempre partiendo de la base que establecimos. Veo la salsa desarrollándose con más comodidad. Hay un movimiento bonito, aunque se ha descuidado al bailador. La juventud se dedica a ver y escuchar, pero no baila. A la salsa le falta algo. Quizás los arreglos deben ser diferentes».

La noche del sábado 26 de agosto, en una producción de César Sainz y Rompeolas, Tommy Olivencia desafiará al bailador con sus éxitos interpretados por Simón Pérez, Paquito Guzmán, Lalo Rodríguez, Viti Ruiz y Héctor Tricoche. También amenizará la Orquesta Homenaje a Héctor Lavoe de Rafi Santana y el bandón de Mr. Afinque, Willie Rosario.

«Modestia aparte, hemos luchado para esta celebración. Mi meta es que se nos llene el concierto y el público esté agradecido de nuestro legado. Esa es una de mis metas. La otra es la grabación con J&N. Luego, si no nos va bien, pensaremos en el retiro».

Discografía selecta

* Trucutú
* La Nueva Sensación Musical de Puerto Rico
* Fire, Fire
* A toda máquina
* Secuestro
* Juntos de nuevo
* Planté bandera
* Introducing Lalo & Simón Pérez
* Fiesta de soneros
* El Negro Chombo
* La Primerísima
* Sweet Trumpet Hot Salsa
* Tommy Olivencia y su Orquesta
* Triángulo de triunfos
* Celebrando otro aniversario
* Ayer, hoy, mañana y siempre
* 30 aniversario
* El jeque
* Enamorado y qué?
* Vive la leyenda