Domingo Quiñonez en el día de Acción de gracias

Tota

A Don Félix Narváez se le olvidó su edad. Ayer, durante la cena de Acción de Gracias coordinada por el Salvation Army, estrechó las manos de Domingo Quiñones sin la remota idea de que saludaba a «El más que canta».

Domingo, portavoz oficial de la campaña de Navidad de la entidad benéfica, asistió a la actividad con la encomienda de saludar a los deambulantes del Viejo San Juan.

Don Félix no lo reconoció, como tampoco entendía el motivo del agasajo. Perdió la noción del tiempo. Sólo conoce la sombra de la pobreza que a veces le persigue hasta los muelles, a un frío banco del Paseo La Princesa o a un callejón sanjuanero. «Esta es una actividad bien bonita, me siento complacido», dijo don Félix, mientras devoraba un plato de arroz con gandules y pavo asado.

Hoy, Día de Acción de Gracias, no le preocupa encontrar dónde saciar el hambre. Hay veces que pasa tres y cuatro días sin ingerir alimentos y el plato de ayer, es más que suficiente, dijo.

«No me preocupa el hambre de mañana porque sacié la de hoy», señaló, el anciano de pelo abundante y canoso, de hablar pausado y mirada triste. «No se preocupe que la gente aquí me quiere mucho. Me conocen desde pequeño», agregó el ex músico, cuya madre -según recordó- reside en un campo de Río Grande.

Domingo se le acercó y lo saludó discretamente. El intérprete de Se necesita un milagro está acostumbrado a socorrer a seres humanos como los congregados ayer en La Barandilla, donde -frente al lujoso Wyndham Hotel & Resort- el Salvation Army colocó una carpa para distribuir los alimentos.

Fue tímido al estrecharle las manos a los deambulantes, limitándose a palmaditas. Según reveló a Espectáculos, no es que le desagrade abrazar la pobreza, lo que pasa es que prefiere hacerlo lejos de las cámaras, en la intimidad, como acostumbra hacer junto a su esposa, para que sus iniciativas no se interpreten como un estrategia de relaciones públicas.

«Esta es una actividad en la que vemos que la esperanza no está perdida y que hay que darle la mano a los que necesitan. Aparte de los alimentos, el compartir afecto es más importante. Como comparto con ellos sin que nadie me vea, cuando llegué me sentí incómodo. No quiero que piensen que estoy posando para otros fines».

Domingo reconoció parte de los deambulantes presentes en la cena. Periódicamente los visita. Ayer conversó durante un cuarto de hora con José Cardona, con quien compartió su testimonio cuando deambulaba en el abismo de las drogas y detalles de cómo Cristo lo rescató.

«Me dedico a recoger personas que encuentro en la calle. Los tomo de la mano y los llevo a buscar ayuda. Yo estoy aquí para darles la mano», comentó Domingo, cuyos invitados Victoria Sanabria, Jomar y la periodista Lily García no asistieron a la cena.

En un aparte con Espectáculos, el salsero anunció que el año entrante escenificará un concierto a beneficio de los deambulantes de San Juan. «Lo vamos a hacer para ayudar a las personas que están en la calle. A veces no tengo mucho tiempo. Pero lo voy a hacer. Se va a llamar «Operación rescate» y estoy confirmando la participación de otras personas».

Mientras, el personal del Salvation Army y el Mayor Juan Alarcón, Comandante Divisional para Puerto Rico e Islas Vírgenes, sirvieron a la clientela, incluso a algunos taxistas. Tres cuartos de hora más tarde, recogieron las mesas y se marcharon con su cocina ambulante rumbo a Santurce.