El «Caballero» y el «León» se quedan con Curazao

Tota

Curazao.- A la hora de bailar y divertirse, la salsa es indiscutiblemente el género musical preferido por los residentes de la solariega isla de Curazao.

Con mucho entusiasmo, más de 5000 personas acudieron al Festival Center para disfrutar las interpretaciones de dos bandas locales, OK y Gio, que se encargarían de ir calentando los ánimos para la llegada de dos querendones y máximos exponentes del género, Gilberto Santa Rosa- en su segunda participación en este Festival Internacional de Salsa de Curazao- y Oscar D´León.

Desde temprano, el flujo vehicular parecía no tener fin. Apresurados por escuchar en vivo y bailar los candentes ritmos del Caballero de la Salsa y del Gran León de Venezuela, dos personalidades de impecable trayectoria artística, las personas estacionaban sus automóviles a una distancia considerable del estadio y, de prisa, acudían a esta importantísima cita con el sabor latino.

El anuncio, a las 11:15 p.m, del arribo de Santa Rosa y su orquesta a la tarima, puso a todos de pie y con fuertes aplausos, gritos y un sinfin de muestras de cariño recibieron a este hijo de Borinquen que tantas glorias cosecha en cada lugar que se presenta, en cada proyecto que emprende.

Los músicos lanzaron sus primeros acordes -una introducción instrumental de los éxitos más conocidos del Caballero- y el espectáculo comenzó con una exhortación salsera de parte de Gilberto que derritió a muchas damas, Amor mío no te vayas… Y así fue, todas las sillas quedaron desocupadas y a la muchedumbre ni se le ocurrió abandonar los predios mientras el intérprete los encaminaba con sus soneos a un frenesí bailable que no parecía tener fin.

Para rematar el éxtasis rítmico que provocaba Gilberto minuto a minuto entre los presentes; el recorrido por sus éxitos fue guiado con sutileza por decretos de la conciencia y el corazón. Me dice el corazón…, expresó Gilbertito, mientras muchos le constestaban o le hacían el coro.

Pero el enamoramiento del cantante con el público fue in crescendo con tórridas provocaciones bailables como Qué manera de quererte, entrelazada en un tremendo soneo en el que apareció hasta Pastorita, sí la que tiene un guararé conmigo; Lágrimas no faltaron para pedir intentarlo una vez más. La modernidad llegó con Fulana, tema de su más reciente grabación discográfica, que logró enloquecer temporaremente a muchos, al punto de pararse en las sillas a bailar el contagioso ritmo.

Dos extraordinarias parejas del Congreso Bacardí de la Salsa, que llega a Curazao este próximo fin de semana, recibieron la invitación de Gilbertito para bailar en la tarima, y sí que bailaron.

Para calmar los ánimos, el cantante optó por lanzar una súplica: la interrogante que ha calado hondo en Puerto Rico y en el extranjero, Que alguien me diga, interpretada a dos tiempos, una versión romántica y otra salsera, para luego continuar con un medley en el incluyó historias que el público cantó a viva voz, Vivir sin ella, Que se lo lleve el río, Perdóname y, con gran dignidad, ¡No quiero nada regalao!…

Para gran sorpresa, la orquesta introdujo acordes de Livin la Vida Loca, al momento que Gilberto se despedía improvisando -de manera genial y muy afectuosa- su agradecimiento a una muchedumbre que se desbordó en atenciones y que lo acompañó en sus interpretaciones.

Habían pasado casi dos horas de entregarse en alma y corazón en el escenario, su voz conservaba los registros limpios, claros, la dicción perfecta y el sentimiento puro: ¡otra, otra!, fue el clamor de Curazao.

¡Claro que sí, esa va!, y para cerrar la delirante presentación, Santa Rosa escogió Déjate querer, mientras la pantalla gigante al extremo izquierdo de la tarima, proyectaba algunas escenas del vídeo clip de esta canción. Y para dar su jaque mate, Gilbertito literalmente se lanzó con todo lo que tenía sobre unos bongóes que colocaron en el centro de la tarima.

Salió, más que airoso, triunfal de esta prueba de percusión y obtuvo la aprobación y los aplausos rabiosos del exigente público de esta isla.

A las 12:45 a.m. Gilbertito, cuya estelar presentación bien le mereció la investidura de sir Gilberto Santa Rosa, dejó el terreno en llamas para la presentación de Oscar D´León.

A la 1:15 a.m. la orquesta de Oscar D´León lanzó una introducción instrumental de película. Sí, el tema de Misión imposible, latinizado, por supuesto. Con el Alma llanera apareció el León de la Salsa, Oscar, entre aplausos y un grupo más reducido de espectadores, pues al culminar la presentación de Gilbertito, un grupo considerable abandonó el estadio.

Más de una docena de temas constituyeron el amplio y casi interminable repertorio del astro venezolano. Las parejas sedientas de baile se entregaron a mover sus cuerpos con mucho ritmo mientras D´Leon cantaba las historias de Francisco Guayabal, Castellano, qué bueno baila usted y ni los aztecas se salvaron cuando Oscar nos dijo mira bonito y sabroso que baila el mambo la mexicana.

El poderoso sonido de su orquesta también contó con la participación de una de las voces oiriginales de La Dimensión Latina, Vladimir, el «diamante negro de la canción romántica». A dúo interpretaron varios temas de corte romántico, hasta que D´León sacó, con un fuerte rugido slasero, Cañonazos.

Merengues, salsa, boleros, cumbias, son cubano y mucho más fue lo que trajo Oscar D´Leon a esta extensa presentación en vivo.

Vale destacar el tributo musical que le rindió al inmortal Tito Puente, con Oye como va.

Ese detalle arrancó muchos aplausos a las 2:15 a.m., ya que el veterano cantante y bajista permaneció cantando y bailando ininterrumpidamente hasta casi las 3:00 de la madrugada.

Fue el final de la jornada de dos días, un «Caballero» y un «León» vencieron al monstruo salsero, en un solar repleto de ritmo y cariño, Curazao.