Histórica celebración con la Sonora Ponceña

Tota

El pianista Papo Lucca es un señor músico que por fin ha comenzado a recibir el reconocimiento que merece. El flamante director de la Sonora Ponceña, fundada hace cuatro décadas y media por su padre Quique, debutará esta noche con su orquesta en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré.

Papo, quien tiene garantizado un capítulo de honor en la historia de la música afrocaribeña, se ha destacado como director musical de Las Estrellas de Fania y productor de álbumes de La Lupe, Johnny Pacheco, Ismael Quintana, Camilo Azuquita y Pete ‘Conde’ Rodríguez.

Sin embargo, cuando se menciona su nombre inmediatamente los salseros piensan en la Sonora Ponceña, El Látigo del Sur, como también se le conoce a la veterana agrupación sureña.

El concierto de esta noche significa mucho para Papo ya que a su lado estará don Quique, quien con 88 años a cuestas sigue siendo el motor que mantiene encendida su maquinaria.

Tras su último quebranto de salud, el octogenario Quique se ha alejado parcialmente de los escenarios, limitándose a las presentaciones locales del grupo. El día que se retire o que alguna fuerza mayor le impida trabajar se escribirá el último capítulo de la Sonora Ponceña.

“No quisiera cargar con ese peso porque puedo proyectarme en otras direcciones. Si no tuviera otras cosas que hacer, podría estar en la Sonora. Pero ya llevo 41 años en esto. Seguiría haciendo música, pero más tranquilo, dedicándome a producir. Una vez el viejo falte, no podría con esa responsabilidad. No ubico la orquesta sin él”, confesó a Espectáculos.

Ese día Papo canalizaría su talento y conocimientos en la producción de otros proyectos, acercándose más al jazz -como hizo en el CD “Latin Jazz” de 1993- y produciéndole a estrellas de la canción como recientemente lo hizo con Gloria Estefan y Miami Sound Machine.

“Acabamos de hacer unas cosas para Miami Sound Machine, y con Elvis Crespo, que viene con una salsa en su nuevo disco. Lo de Miami Sound es instrumental. Yo me siento contento porque después del disco a Gloria Estefan me han vuelto a llamar. Esto ha sido como reafirmar mi talento”.

La trayectoria de la Sonora Ponceña no ha discurrido por un camino de rosas. En sus inicios sobrevivieron al impacto arrollador del Combo de Cortijo y La Panamericana de Lito Peña.

Papo y Quique, incluso, han saboreado el trago amargo de ver como la muerte los separó de entrañables amigos y compañeros como el cantante Toñito Ledeé (fallecido en un accidente automovilístico en 1986), Georgie Cuevas (de un infarto) y el bajista Tato Santaella, quien murió de Sida en 1989.

“La noche del 26 de mayo de 1986 perdimos a Toñito. Viajábamos a Ponce desde Barceloneta. Esa noche nos reímos como nunca. Toñito era un tipo que no bebía ni fumaba. Pero cuando se marchó, por el camino se quedó dormido. Ese día se suponía que yo lo fuera a recoger a su casa. Pero lo llamé y no me contestó”, recordó Papo, cuya Sonora -como un tributo póstumo al intérprete de Remembranzas- recibirá esta noche a su hijo Omar Ledeé.

Quique y, particularmente, Papo se han enfrentado a situaciones difíciles en la orquesta que desembocaron en el despido de algunos de sus miembros. Jorge Miranda, Little Johnny Rivero y Guillermo Andújar fueron grandes amigos de Papo, hasta el día en que le faltaron el respeto a don Quique.

“Papi y yo siempre hemos tenido nuestras diferencias por la edad. Pero la razón por la cual estamos juntos es que siempre nos hemos respetado. Yo no sería quien para faltarle el respeto a él. Por eso tampoco permito que nadie lo haga”.

Papo, de un carácter fuerte y un temperamento nervioso, es más explosivo e impaciente que don Quique. Por eso, pese al cansancio y los quebrantos en su salud, don Quique permanece en la Sonora porque su presencia garantiza un ambiente de trabajo de orden y paz. “Sé que hago falta en el grupo porque Papo no tiene la paciencia que yo tengo. Mi temperamento es diferente. Mientras me sienta bien, seguiré aquí porque es lo que me gusta hacer. Este es un trabajo pesado. Mucha gente piensa que es fácil. Pero no. Bregar con seres humanos no es fácil”, dijo don Quique.

La Sonora Ponceña, querendona del bailador, ha sido una institución por la cual han desfilado músicos y cantantes como Delfín Pérez, Edgardo Morales, Miguel Ortiz, Tony Rodríguez ‘El Cordovés’, Carmelo Rivera, Little Johnny Rivero, Jessie Colón, Humberto Godineaux, Luisito Carrión, Mannix Martínez, Danny Dávila, Pichie Pérez y Georgie Padilla, entre otros.

La orquesta que este año ha celebrado su cuadragesimoquinto aniversario en el Anfiteatro Tito Puente del Parque Luis Muñoz Marín de Hato Rey y en el Teatro La Perla de Ponce, se dispone a lanzar dos discos a la calle: uno en vivo del concierto del 45 aniversario y una recopilación titulada “Puro sabor” que incluirá los éxitos Acere ko, Fuego en el 23, Prende el fogón, Changüirí, Boranda, Remembranzas, Sancocho prieto, Borinquen, Hasta que se rompa el cuero, Nunca serás mía, Canción y Soy antillana.

La Sonora Ponceña, cuyas carátulas un tiempo se identificaron con el explorador Juan Ponce de León, el que en los 80 evolucionó mediante el pincel del artista Ron Levine a un guerrero espacial, ha sido motivo de inspiración en la organización de otras bandas, como Impacto Crea de su ex trompetista Carmelo Rivera, La Terrífica de Joe Rodríguez y el Conjunto La Perla.

Esta noche Quique, Papo y su Sonora Ponceña estremecerán la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré con un concierto histórico al que se unirán, como artistas invitados, José Alberto ‘El Canario’, Luisito Marin, Manuelito (el Niño Rey del Timbal), Omar Ledee, Prodigio Claudio, Andy Montañez, el Ballet Salsa Sur y los Jala Jala Dancers.

La admisión es a $25 y $35.