Legítimo Víctor Manuelle

Tota

La pasada noche del sábado, miles de personas acudieron al coliseo Roberto Clemente para disfrutar de un encuentro salsero que prometía dejar a todos más que satisfechos.

El protagonista de la sabrosa velada fue un joven isabelino al que, gracias a su talento, la nueva generación ha bautizado como el Sonero de la Juventud, Víctor Manuelle. Como preámbulo al esperado concierto, tres pantallas gigantes se encargaron de proyectar vídeos, entrevistas y comentarios de máximas figuras del género tropical sobre la trayectoria artística de Víctor Manuelle.

Las imágenes provocaban que, con cada minuto que pasaba, la adrenalina de los ansiosos espectadores aumentara. Cuando las manecillas del reloj marcaron las 9:00 p.m., Víctor Manuelle fue elevado por una plataforma-cable desde la parte central del coliseo, que lo transportó hasta la tarima, por encima de todo el público. Inmediatamente, una serie de fuegos artificiales estallaron frente a la tarima cuando el cantante comenzó a cantar Así es la mujer, primer corte de su álbum A pesar de todo.

Los gritos y aplausos ensordecedores mostraron la alegría de los espectadores, quienes, de pie, recibieron a uno de sus intérpretes más queridos. Las escaleras, pasillos, todos los asientos y hasta la sección detrás de la tarima estuvieron atestadas de personas desde el principio hasta el final del espectáculo de dos horas de duración. Con pantalones ajustados de cuero negro, el joven intérprete enloqueció a muchas con sus seductores movimientos y su imborrable sonrisa.

El respaldo que recibió por parte de la orquesta compuesta por 13 músicos revalidó su calidad interpretativa en vivo y estableció, claramente, la comunicación directa y efectiva que establece con los instrumentistas en todo momento. Pero dile, de su más reciente producción Inconfundible, contó con la participación coral del público.

Sin duda, una experiencia sumamente gratificante para el sonero. «Saber que el público valoriza y se identifica con tu música, te hace sentir maravillosamente bien. Tengo un compromiso con ustedes y para complacer a un público como ustedes Hay que poner el alma», expresó el cantante. Las interpretaciones presentaron impactantes combinaciones de luces que dejaron por sentado el carácter profesional que reinó durante la preparación de esta producción. El amor fue la fuente inspiracional que produjo éxitos como Si la ves, Por ella, Volverás, Se me rompe el alma, Cómo duele, No hace falta nada, Dile a ella, He tratado y Qué habrá sido de mí, vivencias sencillas con las que muchos pueden identificarse de una manera u otra.

La gran sorpresa de la noche ocurrió cuando llegó el momento de interpretar La persona equivocada. Ante la imposibilidad de cantar a dúo con Melina León esta favorita, Víctor Manuelle exhortó a que todas las féminas, de pie, cantaran con el. En ese momento, las pantallas dejaron de proyectar lo que sucedía en la tarima para mostrarle al público la letra de la composición. Por unos minutos el coliseo fue testigo de un masivo karaoke que todos disfrutaron al máximo. Al terminar la interpretación, la orquesta continuó con la melodía y, sin previo aviso, hizo su entrada a la tarima Melina León.

La presencia de Melina provocó un estallido de aplausos y gritos, como forma de aprobación por el tremendo dúo que estaba por ocurrir. Al concluir el duetto, Melina agradeció las muestras de cariño por parte del público y besó a Víctor Manuelle antes de abandonar el escenario. Eeeeeeee, ¡la energía estaba por las nubes y aún faltaban sorpresas! Otro momento que mantuvo a los espectadores de pie fue la intervención de un grupo de motociclistas y bailarines que retaron las capacidades interpretativas de Víctor Manuelle más allá de la salsa.

El Sonero de la Juventud aceptó el reto y participó de una excelente coreografía, aunque la letra del tema resultó incomprensible y el doblaje no fue efectivo. Otra comprobación que establece claramente que Víctor Manuelle no es un cantante de estudio. Pero no todo fue amor, desamor y energía en ebullición; también hubo su momento de reflexión. Sentado en una cómoda butaca, Víctor Manuelle hizo un llamado a las personas que intentan entorpecer la relación entre el público y los artistas con sus comentarios malintencionados, chismes y rumores mal infundados.

«Saben qué es lo más doloroso de todo esto? Que con el tiempo uno se acostumbra», confesó el intérprete antes de cantar Qué sabe nadie. El apoyo del público fue rotundo y, de pie, con fuertes aplausos, aprobó el planteamiento musical del artista. La triste despedida ocurrió a las 10:45 p.m., con el tema He tratado, de su compacto A pesar de todo. Mas el público inconforme pidió otra, clamor que Víctor Manuelle no pasó por alto y regresó a la tarima para interpretar la ñapita Qué habrá sido de mí, de su producción Ironías. Al concluir, besó la monoestrellada que tenía en su mano, y se despidió del público con saludos y una amplia sonrisa.