Algo parecido sucedió cuando grabé La muerte, mi primer tema. Gracicas a Dios sobreviví. Como esas han habido muchas primeras veces. Hacer música para películas, actuar en ellas, cantar himnos oficiales y extraoficiales (estos últimos mis preferidos obviamente), dar una charlsa a estudiantes, cantar en un funeral por pedido previo del difunto y tantas otras que me han tocado vivir. Esas han sido relativamente fáciles.
Mención especial merece mi mayor y mas reciente atrevimiento que fue llegar al teatro de la mano de Awilda Carbia, Braulio Castillo, hijo, Pantojas, Lily García y Luisito Vigoreaux que me convencí que soy un Robert DeNiro al lado de este último (tu sabes que sí Luisito, no me obligues a recordarte que fui nominado, no se aún con que intención, en la categoría si mal no recuerdo de actor revelación del año). Gracias a Visepó y a Pablo Cabrera. Estas experiencias tuvieron un denominador común. ¿Cuál? En todas hubo director y espectadores.
Hoy me invitan a un nuevo reto que ni en la escuela: escribir sobre mi. Y, como se hace, aquí es que los huevos se ponen a peso y la manteca regalá. En serio, la invitación me honró en un primer momento pero… ¡uf! página en blanco frente a mis ojos y a mi alrededor gemelos durmiendo y tranquilidad total. ¡Y de fondo me acompaña el sonido de mi aire acondicionado y del compresor de mi nevera! No, no y no. Me estoy pareciendo a alguien de mucho poder en este periódico y que escribe, y esa no es mi intención. Dios me libre…Y como decía Martín Quiñones “Jesús Manifica Caferino”. Así que al grano, sin más rodeos. ¿Pero y el director? ¿y mi agüela? ¿aonde están? .
Bueno, hablando de mi carrera, lo primero que se me ocurre compartir con ustedes es que cuando empecé a querer cantar, que tenía como nueve años, realmente no tenía conciencia de lo que iba a pasar conmigo. Después posiblemente cuando tenía como 18 años si creía que podía ser cantante. La verdad es que ni pensaba llegar al 2000. Lo veía tan lejos. Era una fecha como imposible de llegar. Remota. Bueno, desde esa época para acá han pasado mil cosas en mivida que todos conocen. Comenzar conEl Gran Combo de Puerto Rico, irme a Venezuela, cantar con Dimensión Latina y muchas otras satisfacciones que llenan mi trayectoria musical como la de conocer personas a través de los viajes, caminar por esas rutas humanas y culturales en sus propias geografías, comunicarme con la gente a través de la música que es lo que más me gusta hacer. Estas vivencias han sido puntales en mi crecimiento humano y artístico. Contar con amigos en distintos países.
Ahora resulta que me encuentro celebrando el inicio de un nuevo siglo y con una manager. Ustedes se preguntarán, con toda razón ¿Andy con manager? Bueno, todo es posible. Si Puerto Rico despertó al nuevo siglo con una gobernadora que a mi me haya cogido con una manager no debe extrañar en lo absoluto.
Resulta que esta valiente mujer y, perdonen la redundancia, llamada Dinia Crespo, se le mal ocurrió soñar con un concierto mio. Y como las mujeres siempre han dirigido mi vida, esa nueva directora me convenció para hacer ese sueño realidad.
Andy, amigo de todos… y todas añadiría por razones obvias, definitivamente me cautivó. Como un hada madrina hizo de ese sueño el mío también. Ese título me relaja, me incorpora, me gana, me identifica, me halaga, envuelve reputación. Imagino cada minuto que en la tarima transcurra ese encuentro con mi historia y mis amigos. Que grato ser;ia poder abrazarlos a todos.
A muchos los encuentro a cada paso, en cada esquina, y compartimos recuerdos que originan proyectos y me animan a continuar.
Amigo de todos también sugiere una advertencia a aquellos que me han querido etiquetar sin éxito. Ya que la única etiqueta que me permito llevar indefinidamente y asumo responsablemente sus consecuencias es la de ser puertorriqueño. Es la escenacia que me acompaña y prende ese ritmo que comparto con mis hermanos latinoamericanos en cualquier país que me presente.
Lo que más me llena es que Amigo de todos es también una invitación a esa generación joven que honrará con su presencia mi trabajo y con la que me siento identificado a pesar de que sigan cayendo las hojas blancas.
Me tomo un descansito y reviso estas líneas y encuentro que no he podido hablar de otra cosa que no sea mi concierto del 27 de enero y de mi miendo a escribir. Pero es que prácticamente soy la próximo que me brinda mi carrera. Ese soy en este momento Andy amigo de todos, El concierto. Es un reto perseguir ese deseo de cumplir con las expectativas de ese público a quien me debo por entero. A mis amigos lectores que me perdonen pero el resto se los cuento cantando que es como me gusta, me apetece y me provoca.
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