Compay Segundo asegura que sólo la tumba lo silenciará

Tota

La Habana – El músico cubano Compay Segundo asegura que a sus 94 años se siente “feliz” y que sólo dejará de cantar “cuando esté en la tumba”.

Francisco Repilado, conocido en el mundo artístico como “Compay Segundo”, reapareció recientemente en los escenarios después del involuntario alejamiento de varias semanas al que se vio obligado por recomendación médica para descansar de la fatiga que le han provocado sus frecuentes viajes al extranjero por sus numerosos compromisos artísticos.

“No había ido nunca a un médico y ahora me hicieron un chequeo porque estoy viajando mucho y debo hacer más reposo. Voy a Japón, que son dos días de viaje, imagínese. Eso no hay quien lo aguante”, dijo el veterano trovador en una entrevista publicada en el semanario Granma Internacional.

Pero “estoy fuerte todavía -añade- y en mi mejor disposición de seguir la vida. Sólo dejaré de cantar cuando esté en la tumba”.

De la fama internacional que ha ganado desde que en 1994 reanudó un exitoso retorno artístico en plena “tercera edad”, Compay dice que, “simplemente brinqué la cerca, desde Japón hasta Santiago de Cuba me conocen”.

El patriarca del son, el género tradicional más antiguo de la música cubana, recuerda sus primeros pasos en la música cuando a los 12 años integró el septeto Los Ases y luego se hizo músico de concierto y llegó hasta la banda municipal de la ciudad oriental de Santiago de Cuba, donde nacieron ambos. “Fui tabaquero, de la fábrica Montecristo; barbero-peluquero de la calle Trocha, en Santiago; pintor de interiores y músico clásico. Hacía música por afición”, recuerda el artista.

De su viaje a España hace siete años, Compay Segundo relata su visita a la sepultura de su amigo, el cantante cubano Antonio Machín, donde le cantó Pepe tiene un camisón al que considera fue “un hombre muy alegre y hay que venir a visitarlo con alegría porque todavía perdura su recuerdo y su música”.

El intérprete del ya célebre Chan-Chan, canción que interpretó en el disco Buena Vista Social Club, grabado junto a otras figuras de la vieja trova de la isla en 1996, también repasa anécdotas de sus encuentros con el papa Juan Pablo II y con el presidente cubano Fidel Castro.
Con Juan Pablo II se encontró durante una velada el año pasado por el Día del Enfermo, en Roma, en la que participó como invitado y dice el cantante que el Pontífice le dijo: “Me alegra que un cubano haya venido a saludarme” y él le respondió: “No podía ser de otra manera, es usted un corazón de la humanidad”.

Con el líder cubano se encontró en marzo pasado en la Feria del Habano, en la que Compay subastó su inseparable sombrero y por el que un participante llegó a pagar $17,000.
“Y ahí -dice el trovador- Fidel me preguntó: ´¿Qué vas a hacer con tanto dinero, Compay?´. ´Donarlo a los niños de Cuba´, respondí. ´¿Todo?´ Le dije: ´Todo´. Pienso, modestamente que con ese dinero, a los 94 años, no hago nada”.