Con la corazonada correcta Víctor Manuelle

Tota

MIAMI BEACH – A la hora de grabar su séptima producción discográfica para Sony Discos, Víctor Manuelle siguió su mejor instinto, y la hizo con el mayor deseo. Precisamente, Instinto y deseo es el nombre de ese nuevo álbum.

El sonero puertorriqueño recién da inicio a la promoción del disco, que mañana tendrá su lanzamiento oficial. Me da lo mismo, de la autoría del compositor panameño Omar Alfanno (quien ha colaborado previamente con el artista) es el primer sencillo, acabado de estrenar en la radio.

Para nada, sin embargo, le dio lo mismo a Víctor Manuelle hacer este álbum. Hace ya casi año y medio de su última oferta musical, Inconfundible, producción de Sergio George. En esta ocasión, el salsero se fue con José Lugo, y contó con la participación de los maestros Bobby Valentín y Luis Perico Ortiz.

«Este CD marca una evolución», dice Víctor Manuelle una tarde en las oficinas de Sony Discos en South Beach. El artista lleva dos días presentándose ante diversos medios para luego viajar a Puerto Rico y a otros mercados.

«Con esta producción, no he querido ser repetitivo. He buscado algo distinto a lo anterior de Víctor Manuelle», continúa el cantante isabelino, acompañado por su manejadora, Nélida Santa Rosa, esposa del llamado «caballero de la salsa», Gilberto Santa Rosa, quien también colabora en Instinto y deseo. Ambos artistas, de hecho, se presentarán juntos en un magno concierto el 24 de marzo en el Coliseo Roberto Clemente, en un espectáculo llamado Dos soneros, una historia, en el que compartirán la interpretación de temas.

«La combinación de Sergio George conmigo fue muy efectiva, muy exitosa. Pero ya era tiempo de separarme de ese estilo, de la salsa de Nueva York, para buscar algo que fuera más a la raíz de la salsa, sin perder la esencia romántica», explica Víctor Manuelle. «Quería volver al género festivo y bailable que es la salsa».

Instinto y deseo ocupó de tres a cuatro meses de la vida del artista, relata. Grabó el disco en Puerto Rico, y vino a Miami para mezclar los temas. El disco consta de 10 canciones, una de ellas, el tema que da nombre a la producción, en versiones salsa y pop balada.

Y aunque el «Sonero de la juventud» incursiona en otro género, aclara que para nada se alejará de lo que mejor hace, la salsa.

«Me siento bastante cómodo con lo que hago», afirma. «Bien cómodo, por cierto. Es algo que llevo en la sangre, y que de verdad me gusta hacer».

Es algo que fanáticos a través de todo el mundo han disfrutado igualmente. Víctor Manuelle ha podido llevar su música por Europa, y recién estuvo en Israel, experiencias inolvidables, asegura.

«Estuve bailando salsa en Tierra Santa. No lo podía creer», cuenta entusiasmado quien ha llevado su talento para el soneo a España, Bélgica, Italia y Francia, entre otros países.

«Por mis viajes me doy cuenta que la salsa es un género que va a perdurar», opina. «Te diría que está gozando uno de sus mejores momentos. En Roma, por ejemplo, se congregan los salseros en sus clubes, y oyen nuestra música. Apenas se escucha en la radio, salvo que esté en algún programa de música tropical, por lo que no puede figurar en las listas de ventas o de sintonía. Allá voy y me presento en clubes y la gente corre la voz».

Volver a visitar esos mercados que lo han recibido calurosamente, así como darse a la tarea de abrirse en otros nuevos, es una de sus metas para este año.
«Hay que consolidar públicos, no abandonarlos. Me gustaría siempre mantener las plazas que me han dado de comer», expresa. «Pero también visitar mercados como Argentina, donde no he estado, y México, donde he hecho muy poca promoción».

Esa última es una plaza difícil y codiciada, admite, ineludible para cualquier artista.

«Gilberto ha logrado entrar allí, el grupo Niche también pegó fuerte. Vamos a ver qué puedo hacer», dice optimista.
Por lo visto, Víctor Manuelle entrará en nuevas tierras, siguiendo su mejor instinto, y con los más grandes deseos de triunfar.