La compañía indicó que el artista cubano, cuyo nombre real es Francisco Repilado, de 93 años, es una muestra de energía y vitalidad, que resurgió hace cuatro años con el grupo Buena Vista Social Club, que ganó un Grammy en la categoría de música tradicional.
Compay Segundo ve la vida, afirman sus promotores, no con los ojos de un hombre casi centenario, sino como un joven que no se esconde para pregonar su romanticismo, sello de su vida desde su nacimiento en 1907 en un pueblo minero de Siboney, en Santiago de Cuba.
El músico afirma que la Cuba de la postguerra le dejó una huella imborrable en el alma que le forjó su carácter.
«Eran tiempos románticos, saludábamos a las señoritas con el sombrero y si una te gustaba le echabas el sombrero a los pies, y si te correspondía pisaba una parte, si no te lo rompía», asegura.
Compay se nutrió del trabajo de figuras legendarias de la música cubana con las que trabajó, como Benny Moré, Ñico Saquito, y Miguel Matamoros, y aseguró que nunca dejó de componer sus canciones mientras trabajaba en otros oficios.
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