Digno de Palmieri

Tota

Eddie Palmieri estaba que se reía solo… Sentado frente a los teclados, respaldado por una orquesta de primera, aplaudido por una multitud de salseros, el XVIII Día Nacional de la Salsa fue para el seis veces ganador del Grammy un homenaje digno de su talento.

Con un afinque sabroso, enérgico en el ritmo, ejemplar en la precisión, la Banda del Día Nacional de la Salsa, dirigida con maestría por Louis García e integrada por 22 profesores, estuvo a la altura del encuentro que en lo sucesivo se celebrará cada tercer domingo de marzo.

«Mi querido Puerto Rico, yo quiero darte las gracias desde lo más profundo de mi alma por este momento, a nombre de los Palmieri, mi hermano Charlie y el maestro Tito Puente…», dijo el creador de Adoración al momento de aceptar la dedicatoria.

A renglón seguido la oficialidad gubernamental, representada por las legisladoras Yasmín Mejías y Margarita Ostolaza reconocieron la labor de Palmieri, así como anunciaron el proyecto que está en vías de convertirse en ley que incluiría en el currículo escolar el estudio de la música puertorriqueña. Según se estableció para dicha labor se utilizaría el libro Salsa y control del escritor Angel Quintero. Pero desde antes de cumplir con el protocolo y las dedicatorias, ya la fiesta había comenzado para los salseros.

Fue precisamente con Justo Betancourt que la fiesta abrió, arrancando éste aplausos para la interpretación de los clásicos Pa bravo yo y el bolero Sicología. A renglón seguido El Gran Combo de Puerto Rico contagió con su ritmo a los salsómanos presentes. Con la bandera en alto, Charlie le cantó a Puerto Rico, mientras Jerry evocó la nostalgia salsera al son de Ponme el alcoholado Juana y Papo hizo lo propio con El carbonerito. En conjunto, el trío fue muy aplaudido con la interpretación de Ojos chinos, el inevitable Para los rumberos y el homenaje al inmortal del timbal, Viva Puente.

La celebración siguió su rumbo ascendente con la magistral presentación de la Banda del Día Nacional de la Salsa y la enérgica descarga de Charlie Sierra y Coqui Santos en los timbales. Mas el encuentro adquirió aire de concierto con la presentación de Palmieri quien luego de una introducción instrumental, reafirmó la excelencia de su labor en la que mezcló el ya clásico Obra maestra con otros éxitos de su carrera.

Así fueron sucediéndose los aciertos de la tarde. Primeramente, en Jerry Medina con su interpretación de Mi día bonito donde brilló la percusión de José Clausel y Anthony Carrillo. Posteriormente apareció Michael Stuart, que cantó con dominio Nada de ti; tema donde sobresalió David Betancourt en el violín. A éste le sucedió Domingo Quinones con su acertada interpretación de Justicia.

Y finalmente, los veteranos cantantes ponceños, Cheo Feliciano e Ismael Quintana, hicieron lo propio con Ritmo alegre y Vámonos pal monte, respectivamente. En este aspecto, la ejecución de la sección de viento fue ejemplar de principio a fin. Lógicamente, ante ese despliegue de ritmo y talento, Eddie Palmieri se disfrutó cada momento como pocos. Con los ojos cerrados, y proyectando mil gestos que acentuaban su pasión musical, desde el piano, el maestro pidió y exigió el máximo de una orquesta magistral.
Con la caída de la tarde, la XVIII edición del Día Nacional de la Salsa dedicada a Eddie Palmieri llegó a su fin.

Pero antes de marcarse la nota final, en la tarima se unieron las voces de Jerry Medina, Domingo Quinones, Michael Stuart, Cheo Feliciano e Ismael Quintana. Con el último aplauso de un público que se mantuvo prácticamente inmóvil en la arena durante este cierre con ribetes de concierto, Z93 cerró su jornada anual añadiendo un nuevo acierto a su labor musical. Y del mismo modo, don Eddie debe haberse sentido feliz ante el respaldo que su pueblo le brindó en este homenaje para la historia.