Elvis Crespo rey en Miami

Tota

MIAMI- Desde que el fenecido comediante cubano Desi Arnaz fuera el primer rey del famoso Carnaval Miami en 1982, artistas de varias nacionalidades han ocupado el trono en años subsiguientes. A los puertorriqueños les ha tocado en cinco ocasiones: José Feliciano (1985), Chayanne (1991), Jerry Rivera (1995), Olga Tañón (1998) y Carlos Ponce (2000).

Ahora habrá que decir seis.
La noche del sábado, el cetro pasó a otro boricua, cuando el rey del merengue, Elvis Crespo, ejerció sus funciones como rey del Carnaval Miami 2001 en un masivo concierto efectuado en la American Airlines Arena del “downtown” de esta ciudad. La principal cadena hispana de TV en Estados Unidos, Univisión, grabó el evento, conocido como Noche de Carnaval McDonald´s, que luego será editado y transmitido en un especial.

Como en años anteriores, hubo unas constantes: nuevamente, el anfitrión fue el imitador y comediante dominicano Julio Sabala, en esta ocasión acompañado por la mexicana Karla Martínez, personalidad de Univisión, y un dúo de cansones payasos, vestidos con sarapes, Huarachín y Huarachón.

Obviamente, el propósito era lanzar el anzuelo a los mexicanoamericanos de la nación, que componen la mayor parte de la teleaudiencia de Univisión.

Pero nuevamente, la mayoría de los chistes de Sabala cayeron más pesados que el plomo (oootra vez recurriendo a sus comentarios sobre Juan Gabriel y Walter Mercado para obtener risas fáciles), y ni hablar de las intervenciones de la pareja de cómicos.

Por el lado positivo, se puede decir que volvió a imponerse el talento escénico, y la predilección de un público latinoamericano, de los artistas boricuas, aunque con fuerte competencia por parte de dos estrellas mexicanas y unos bolivianos.

Las presentaciones comenzaron con el cuarteto de Son by Four, interpretando emotivamente, (¡qué más!), A puro dolor, lo que enseguida puso a delirar a las chicas y las mantuvo cantando. Por no decir bailando, porque eso fue lo que sucedió cuando los Son rompieron con su siguiente número, la rumba salsosa Lo que yo más quiero.

Entre cada acto, se preparaba el escenario para el próximo artista y, curiosamente, se mantenía la espera sin música para el público.
Con una enorme bomba negra y redonda, tipo la que uno vería en los muñequitos del Correcaminos, y dos explosiones, reventaron en escena los bolivianos Azul Azul y su megaéxito La bomba. Los bailarines que estarían entrando y saliendo toda la noche durante diferentes números quizás no volvieron a lucir tan bien como en esos momentos, portando pelucas azules y estremeciéndose al ritmo de la pegajosa tonada. Los Azul Azul continuaron con otro tema de gran potencial, El dominado.

Sin pena ni gloria pasaron las chicas de Sparx, dando paso a un “sketch” de comedia entre Sabala y un hombrecito llamado Rasputín haciendo de agente de aduana. Sabala quizás tuvo su mejor momento cuando explicó que la bolsa de yerba que tenía en la maleta no era para el actor de telenovelas Fernando Carrillo, sino para el comentarista deportivo Fernando Fiore, que es argentino y, por ende, debe gustar de la yerba mate.

Con nuevo “look” y nuevos sonidos, el trío Ilegales (los dominicanos Vladimir y Juan Carlos, el boricua Monty) probó que no ha pasado al olvido.

Una de las grandes sorpresas de la noche fue la entusiasta acogida que se llevaron los músicos de Puerto Rican Power, quienes todavía no alcanzan los niveles de estrellato de otros artistas. Pero si la respuesta a sus temas fue alguna indicación, van por buen camino. De hecho, Puerto Rican Power figura entre los artistas que se presentarán en el cierre del carnaval, el Festival de la Calle 8, este domingo, por la conocida calle del mismo nombre.

Tras un tributo en vídeo al Club Kiwanis de la Calle 8, organización comunitaria sin fines de lucro responsable por el Carnaval desde sus inicios en los 80, salió entre alaridos y aplausos Pedro Fernández.

Acompañado de 12 músicos de mariachi, Fernández provocó euforia entre los asistentes, que aunque no eran predominantemente mexicanos, cantaron a coro sus rancheras y gritaban ante cada uno de sus movimientos. Fernández fue el primer artista de la noche que cantó cuatro canciones.

Los chicos de OV7 sólo sirvieron de aperitivo para el plato fuerte de la sensualidad esa noche, el salsero y baladista puertorriqueño Jerry Rivera.

Ataviado en una ropa oscura que se amoldaba a su imponente figura, Rivera, galán de la canción, interpretó dos temas de su más reciente producción discográfica, Rivera, con el sello BMG. El artista cantó una versión salsa de Quiero, primer sencillo del nuevo álbum, y siguió con Muero, otro tema del disco, y una de sus baladas favoritas.

Sabala y Rasputín (esta vez en el papel del ex manejador de Enrique Iglesias, Fernán Martínez), regresaron a escena, para un número en el que Sabala imitó graciosamente al cantante español.

A continuación apareció una de las estrellas que más esperaba el público, Paulina Rubio. Vestida de vaquera, la Rubio no defraudó a sus fanáticos con los éxitos Lo haré por ti, Yo no soy esa mujer, Y sigo aquí y El último adiós, en la que la acompañó un mariachi.

En su “comeback” a la escena musical llegó el panameño El General, ahora con el coco blanco, interpretando dos de sus “raps”, uno con Sabala en el papel de sargento.

Una brevísima pero poderosa interpretación del músico colombiano Juanes siguió (desafortunadamente, hallando poco eco entre la audiencia), para luego pasar al cierre de la noche, a cargo de su majestad Elvis Crespo.

Crespo salió tras ser presentado por los anfitriones Sabala y Martínez, disfrazados como paje y dama de una corte (aunque más bien recordaban a personajes de la telenovela Xica, de Telemundo, que tantos dolores de cabeza le dio a Univisión).

Junto a su bien acoplada banda, Crespo volvió a demostrar su dominio de la tarima, el poder de su poco usual voz y el carisma que lo ha hecho famoso. El público bailó con Wow Flash!, Luna llena, La noche (su nuevo corte en promoción) y Tu sonrisa.
Y con eso mismo se fueron muchos de la American Airlines Arena esa noche… con una sonrisa.