Esa noche se sintió una vez más la explosión merenguera que le conocemos al creador del Baile del Perrito.
Esa noche a la que acudieron personalidades de la talla de la medallista olímpica Soraya Jiménez, fue una de las mejores noches de Wilfrido, pues además de presentar en tarima a su heredera musical, realizó un exquisito recorrido por su interminable lista de éxitos, desde Abusadora hasta el tema que por muchos ha sido llamado “El Merengue Lobohombo” (El disc jockey dijo), y aunque esta vez Wilfrido no mostró el poder de convocatoria de otros días, si enseñó la calidad que deben tener las agrupaciones dedicadas al merengue.
En su momento Johnny Ventura, el bien llamado padre del merengue, hizo lo propio para convocar a miles de dominicanos. También en su momento Juan Luisa Guerra provocó a millones de personas, pero hoy, o al menos esa noche en Meneo, Wilfrido nos sorprendió.
Muchas causas pudieron haber nulificado la actuación del Rey de Merengue y entre ellos desde luego encontramos los problemas por todos conocidos de los centros de espectáculos y diversión de la ciudad de México, pero esa noche nada evitó que Wilfrido derramara candela, ritmo y sabor en el escenario.
Por todo, Wilfrido es y seguirá siendo el Rey del Merengue, un rey que evoluciona y ofrece a sus seguidores un merengue moderno como el que ya se hace en Nueva York, un merengue que hace escuela y permite a grupos como Pochi y su Coco Band, Oro Sólido, Peña Suazo y la Banda Gorda y, Merenglass, retomar los elementos del nuevo concepto tropical que se posiciona día con día como líder en el mundo. Enhorabuena.
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