Omara Portuondo, Ibrahim Ferrer y Rubén González lograron que los cerca de 10.000 espectadores reunidos en el Auditorio Nacional se deleitaran durante el viernes por la noche con esas notas de antaño que no pierden su juventud.
Con su artillería, compuesta por una veintena de músicos cubanos, los cantantes, mayores de 70 años, desplegaron un operativo en el que se dispararon ráfagas de notas pulidas con ritmos caribeños, que penetraron los corazones de los mexicanos y terminaron derramando la pasión de los asistentes durante dos horas y media de concierto.
La levitación
Sólo unos minutos después de comenzar el espectáculo, los asistentes se levantaron de sus puestos como levitando a consecuencia de la pegadiza cadencia del son, que pareciera provocó que la gravedad dejara de reinar por unos minutos, y al entrar en escena el anciano pianista González el vuelo se tornó sublime con los miles de aplausos que estremecieron el lugar.
El virtuoso músico, escoltado por dos personas que lo ayudaron a sentarse frente a su instrumento, dirigió la banda a la hora de tocar “Buena Vista Social Club” y “Chanchullo”, una canción incluida en su nuevo álbum homónimo.
Pero la cuota de gracia al bailar la puso Portuondo, que en sus buenos tiempos fue calificada como la mujer “más linda de Cuba”, vestida de blanco y derrochando tanta energía que cualquier quinceañera envidiaría.
Portuondo, quien hace poco recibió una postulación al Grammy, interpretó entre otras canciones “El hombre que yo amé”, su gran éxito “Veinte años” y “Quizás”, que fue coreada por el público.
Y no menos aplausos se llevó la orquesta, integrada en su mayoría por ancianos que fueron sacados del olvido por el guitarrista estadounidense Rey Cooder, quien ha conseguido fama mundial con discos de música tradicional cubana y cuenta con ilustres integrantes como Orlando “Cachaito” López y “Guajiro” Mirabales.
El ambiente se mantuvo candente a lo largo de la noche, pero sobre todo ardió cuando subió al escenario el cantante Ibrahim Ferrer, quien pese a encontrarse resfriado un día previo a la presentación ofreció al público versiones impecables de canciones como “Marieta”, “Mami me gustó” y “Cómo fue”.
El broche de oro del concierto fue la interpretación a dúo de “Silencio” por parte de Ferrer y Portuondo.
“Tenemos una gran deuda con el Distrito Federal”, dijo Ferrer poco antes de abandonar el escenario y poner punto final al concierto con “Candela”, otro de los éxitos de la agrupación.
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