La nueva tonada de Jennifer López

Tota

MIAMI BEACH – Salpicada de pulseras, aretes, anillos dorados y una enorme cruz de brillantes al cuello, bañada de un sorpresivo buen humor, la actriz y cantante del momento, Jennifer López, vino a esta ciudad para encontrarse con la prensa.

El objetivo principal era promover J.Lo, su más reciente producción discográfica, lanzada internacionalmente el 23 de enero, y con más de un millón de ejemplares vendidos ya en Estados Unidos y Puerto Rico (anoche, en el hotel Raleigh de South Beach, representantes de Sony Music International de Latinoamérica le harían entrega de varios discos de oro y platino por las ventas obtenidas por su álbum anterior, On the 6, y por J.Lo).

Conversar con Jennifer López, o J.Lo (pronúnciese “Llei-lou”, no Jello, como la gelatina), es estar ante un banquete. Porque hay tanto de qué hablar con ella, que su segundo disco es meramente un aperitivo.

La artista neoyorquina de padres puertorriqueños, que se identifica como puertorriqueña de pura cepa, se mostró relajada y animada para charlar. Reveló que ya se siente más que preparada para salir en su primera gira de presentaciones ante el público, y que para agosto próximo deberá estar llevando su música a Estados Unidos, Canadá y… Puerto Rico.

“Me encantaría ir a Puerto Rico”, expresa entusiasmada. “Pasar una semana allá”.
Miss López no sólo ha acaparado la atención internacional reciente porque el nuevo álbum y su más reciente película, The Wedding Planner, estuvieron la misma semana al tope de las listas de ventas. Como su ex, el rapero Sean “Puffy” Combs se encuentra compareciendo ante un tribunal de Manhattan (enfrenta cargos de posesión ilegal de armas y soborno, luego de un incidente hace más de un año en una discoteca), es posible que López tenga que testificar en corte. Por el momento, lo único que ha hecho es deponer ante la fiscalía, pero todos los medios salivan ante la posibilidad de verla dar su testimonio de los hechos.

López no quiere comentar sobre el caso, pero sí quiere acabar con algunas impresiones que puedan existir de ella. Como que no pretende ser quien no es. Al menos eso dice una de las canciones del nuevo disco, I’m Real, de su autoría.
“Cuando escribí esa canción, era para dejar claro cómo soy. No presento imágenes falsas de mí, no digo ‘oh, me voy a vestir así, y voy a hacer esto, o me voy a peinar de esta manera’ porque va a ser una imagen ‘cool’. Yo soy quien soy”, explica la artista. “No hay nada falso en ello, y creo que el público se da cuenta de eso, de cuando algo es fabricado. Mi música soy yo, mis películas soy yo, la forma en que me visto y hablo soy yo”.

Que es precisamente lo que gran parte del público ha demostrado apreciar, no así los críticos.
“A quién le importan los críticos”, dice riendo.

“Lo que me importa es que, al final de día, cuando me voy para mi casa, sé que mi música o mis películas han hecho feliz a alguien, lo han hecho bailar. A no todo el mundo le puedo gustar. No me concentro en eso. Me concentro en crecer como artista y hacer lo que quiero hacer para expresarme. Al final del día, es por mis fanáticos”.

López aclara que, cuando hace cine, encarna personajes que no son ella: “No soy tan meticulosa, o controladora, como Mary” (su personaje en The Wedding Planner). Pero que cuando se trata de la música, entonces sí toma las riendas.
“Es personal, es íntimo, viene de algo que haces, sientes, ves”, explica. “Es una forma de expresarte”.

Forma de expresarse que no necesariamente equivale a confesión de iglesia.

“No se trata tanto de revelar una parte íntima de la vida de uno. Es íntimo por lo personal que es. Todo, los sentimientos, lo que piensas, tus puntos de vista”.
Al actuar en J.Lo como productora ejecutiva (también lo había hecho en On the 6), y como compositora, López encontró que, aunque su música no había cambiado drásticamente, ella sí.

“Estando donde estuve cuando joven, de no tener mucho y luego tener el éxito en términos materiales, me di cuenta cuando escribía en este álbum que esas cosas no son tan importantes”, asegura la intérprete de Amor se paga con amor. “Aunque adoro lo que hago, me llena, y vivo para ello, de veras, y mi vida en estos momentos es todo trabajo, eso no te lo puedes llevar a tu casa de noche. Por lo que quería enfocarme en el amor, la familia, esas cosas”.

Se enfocó en su interior.
“Creo que con este álbum crecí, no sólo como artista, músico o compositor, sino como persona”, considera. “Y aunque quiero que mi música sea divertida y bailable, porque es el tipo de música que me gusta, tiene estos otros elementos que reflejan quien soy yo ahora”.

Alguien que, aún cuando su primer idioma es el inglés, prefiere el español para expresar el amor en una canción, porque se considera “romántica”, y las palabras las halla más apasionadas.

“Espero algún día, y que no sea muy lejano, hacer un proyecto que llevo tiempo queriendo hacer, un álbum en español”.

Mientras ese momento llega, se mantendrá ocupada en nuevos proyectos fílmicos, como la película Enough, que comienza a rodar este mes, y luego (al menos eso espera) la muy comentada producción sobre la vida de la pintora mexicana Frida Kahlo. Tiene además otra cinta ya completada, Angel Eyes.

“Cuando (el director de cine) Francis Ford Coppola te llama y te pregunta si te gustaría hacer de Frida Kahlo, no dices que no”, relata riendo. “No sé cuándo se hará, pero podría ser el reto más grande de mi carrera”.
Otro reto es enfrentarse a la prensa y a lo que se publica de ella, no siempre halagador.

“A mi familia los afecta más, porque ellos no escogieron esto”, admite.
Y ella ha escogido, en la faceta romántica, un nuevo amor.
“Pero he aprendido a no hablar de mi vida privada tanto”, aclara. “Hay algunas cosas que se deben reservar”.