Los 55 de Lavoe

Tota

Un día como hoy, Héctor Lavoe cumpliría 55 años. Su memoria sigue latente en el alma del pueblo latino y la trascendencia de su obra es indiscutible. ¿Quién no recuerda al Cantante?

Los raperos lo idolatran. Los exponentes del rock en español tampoco han sido inmunes a su influencia, tanto así que el proyecto de concepto Tributo rockero a Héctor Lavoe sigue en pie mientras Domingo Quiñones lo representa con éxito en Nueva York en el musical ¿Quién mató a Héctor Lavoe? y el productor David Maldonado coescribe el libreto de una película sobre el orgullo de Bélgica y la desaparecida barriada Machuelitos de Ponce.

Hoy la radio difunde su música y evoca sus andanzas por los escenarios del mundo, con Willie Colón, las Estrellas de Fania y con su orquesta. Pero es oportuno, a manera de una retrospectiva, compartir con los lectores algunos episodios desconocidos de la vida de Héctor Juan Pérez Martínez, nacido en la Perla del Sur el 30 de septiembre de 1946 y fallecido en Nueva York el 29 de junio de 1993.

Chapuzón en el Río Portugués
Era una mañana calurosa de agosto de 1956. Héctor madrugó para, como de costumbre, asistir a la Escuela Libre de Música Juan Morel Campos a tomar sus clases de saxofón.
El calor era desesperante. Y, tentado por Guineo, uno de sus “panas fuertes”, se escapó hacia el Río Portugués, que atraviesa el pueblo y colinda con Bélgica.

Cuando llegó, Héctor descubrió que no era el único que aquella mañana se había ausentado de la escuela para darse un chapuzón.
Aún se desconoce la identidad del atrevido que le escondió el uniforme, los zapatos y la ropa interior. Esa tarde Luis Pérez le dio una pela que Pito, su hermano paterno, aún recuerda.

Como el rosario de la aurora
No cabía un alma en la pista del Hipocampo. Las parejas sudaban la gota gorda, pero gozaban al ritmo de Cheche colé, Juana Peña y Te conozco. Willie Colón enmudeció cuando Héctor, sin encomendarse a nadie, detuvo la orquesta para hablar con su gente.

– ¿Cuántos hombres hay aquí esta noche?
– ¿Cuántos son casados?
– ¿Cuántos son homosexuales?
– ¿A cuántos le han sido infieles?
Los instrumentos de la orquesta volaron por las ventanas y, bajo una lluvia de sillazos y puños, Héctor salió con la boca rota y Willie con un pómulo hinchado.

De concierto en Veracruz
El viaje de Europa a Veracruz fue agotador. Y el concierto era a las 3:00 p.m. El Cantante arrancó con El rey de la puntualidad y con Mi gente. Tras el saludo de rigor, la orquesta marcó Ublabadú y Héctor, extenuado y vencido por el sueño, se sentó en la tarima a cantar y se quedó dormido. Su banda siguió tocando y, desesperado, el conguero Milton Cardona intentaba despertarlo con los pies.
Tras bastidores, los empresarios casi estrangulan a su representante Héctor Maisonave. Cuando, de repente, se escuchó una voz: “Ublabadú, ubladubá, vamos todos a gozar…” Y el concierto continuó a fuego.

– Maisonave, viejo, la gente se ha vuelto loca. Mira como gozan. ¡Qué sorpresa me tenías!
En avión hacia Nueva York
Era el último vuelo de la noche. Héctor y sus músicos regresaban de Colombia en un avión de la desaparecida Eastern Airlines. Una turbulencia sacudió la nave y, ante la seriedad de la eventualidad, la tripulación infructuosamente intentó calmar a los pasajeros.

Algunos lloraban y otros temblaban de terror hasta que…
– Hoy miré tus ojos, tus ojos tan lindos, tus ojos tan verdes, más verdes que el mar…
Héctor había caminado hacia la cabina para pedirle al copiloto que le permitiera cantar para calmar a la gente.
Por teléfono desde Queens
Raras veces Héctor respondía a las llamadas telefónicas que recibía en su apartamento en Queens Boulevard, en Nueva York. Su número, hoy desconectado, era el (718) 997-6324.

Más o menos, el mensaje grabado en su contestador automático decía: “en este momento estoy en el ´toilet´ y no puedo contestar tu llamada, pero deja un mensaje…”
Aquella madrugada de noviembre de 1989, meses después de su intento de suicidio en el Hotel Regency del Condado, contestó la llamada de El Nuevo Día, contra la voluntad de su esposa Nilda. Después de una conversación de cuarenta minutos, fuimos al grano.

– Héctor, se comenta en Puerto Rico que intentaste suicidarte porque tienes sida. ¿Es cierto?
– ¿Eso dijeron los jíbaros esos? Pa´ bonchinchear es lo único que sirven los jíbaros esos. Si yo tuviera sida, me embollo y me voy en un “trip” bien largo…
– Se comentó que te sentías frustrado porque el pueblo no respaldó el concierto que la noche anterior fue cancelado en el Coliseo Rubén Rodríguez. ¿Es verdad?
– ¿También dijeron eso los jíbaros? Yo tuve una discusión con Puchi (su esposa) y le dije: “si sigues j…, me voy a tirar”. Y me tiré.

Su última cita con las Estrellas
Los promotores sabían que Héctor Lavoe no podía cantar. Pero incluyeron su nombre en las promociones del concierto de las Estrellas de Fania en el Meadowlands Arena de Nueva Jersey.

En el camerino, sentado cómodamente, fumando y con un vaso de agua con hielo en la mano derecha, sus amigos lo saludaban. Allí estaban Ralph Mercado, Héctor Maisonave y otras personas.
– Oye, Cheo Knight! Cheo Knight Feliciano…
– “Estate quieto, que te voy a dar una nalgada”, le respondió el esposo de Celia Cruz, don Pedro Knight, quien entró a saludarlo.
– Héctor, ¿cómo están las cosas?, le preguntó El Nuevo Día.
– Las cosas están serias y mirando pa´ bajo… Looking down…
– ¿Vas a cantar?
– Eso espero. El problema es que yo pienso que los médicos me hicieron un daño en la garganta con unos tubos porque antes podía alcanzar tonos altos y ya no puedo… “Barranquilla, Cartagena, Medellín y Bogotá… y la linda Cali, y la lindaaaaa Caaaaliii. Esa frase ya no me sale.

Una hora después, ante más de veinte mil personas y la mirada melancólica de sus compañeros, no pudo cantar Mi gente.
Recordando al Cantante
La mejor forma de honrar la memoria de los embajadores del arte es patrocinando sus obras. En el caso de cantantes populares como Héctor Lavoe, Tito Rodríguez e Ismael Rivera, cuyo natalicio será conmemorado esta semana, el mejor tributo póstumo es escuchar su música y valorar su legado.

Una colección en vídeo de sus conciertos con Willie Colón, Fania All Stars y con su orquesta llegó esta semana a la Casa del Coleccionista de Rafael Viera en la Parada 15 en Santurce. La serie de diez volúmenes es producida por la Fundación de Héctor Lavoe para el SIDA.
También hay discos con versiones instrumentales de sus éxitos, como el de la agrupación venezolana Saxomanía y colecciones de pistas, como la editada recientemente por Galileo y su Banda.

El discompacto 12 pistas para cantar como Héctor Lavoe incluye un librito con las letras y armonías para piano de éxitos como El cantante, Juanito Alimaña, Mi gente, Triste y vacía, El día de mi suerte, De qué tamaño, Periódico de ayer, De ti depende, La murga, Déjala que siga, Cheche colé y El Todopoderoso.

Otras recomendaciones
• Lavoe Vídeos 10 vol.- The Deluxe Version 2000
• 12 pistas para cantar como Héctor Lavoe
• Héctor Lavoe – Fania Legends of Salsa I y II
• Tributo a Héctor Lavoe con Saulo y Harold
• El juicio – con Willie Colón
• Asalto navideño Vol. I – con Willie Colón y Yomo Toro
• Héctor Lavoe Live
• La gran fuga con Willie Colón
• Héctor Lavoe – Recordando a Felipe Pirela
• De ti depende
• Strikes Back