Willie Rosario Bota la pelota

Tota

La pelota aún la buscan. Willie Rosario la desapareció en el concierto que el sábado escenificó en el anfiteatro Tito Puente, ante una concurrencia delirante que durante más de dos horas se deleitó con la brillantez, el swing, el poderío, la precisión y el sabor de una de las orquestas puertorriqueñas mejor acopladas del pentagrama salsero.

Fue una velada memorable para el bailador. Y una noche histórica para Mr. Afinque, el timbalero de 71 años que celebró su cuarenta aniversario junto a una batería de excelentes cantantes, encabezada por el panameño Meñique Barcasnegras, Guillito Rivera, Bobby Concepción, Rico Walker, Luis Vergara, Chamaco Rivera, Tony Vega, Pupy Cantor y, como invitados especiales, Jerry Medina y el Niño de Tras Talleres, Andy Montañez.

De entrada, Rafael Ithier y los Mulatos del Sabor se encargaron de aclimatar a los presentes con un repertorio balanceado, que incluyó Irimó, El menú y los estrenos Me liberé y Viva Puente, muestra irresistible por demás de su nueva entrega, en la que confirman que hay Gran Combo para largo rato.

A segunda hora, Rosario y su artillería, sin Gilbertito Santa Rosa, superaron las expectativas de la grey salsera con un concierto espectacular, grabado para un disco en vivo. La orquesta de Mr. Afinque es un fenómeno en peligro de extinción. Tocó por el libro, de forma impecable.

Beto en el sax barítono; Feijoo en la trompeta; Marín en el piano; Henry, Rico y Luis en los coros y Rosario marcando la clave y el ritmo en la campana del timbal son las bujías que generan y distribuyen la energía de los mambos y montunos de esta maquinaria musical.

En la tarima el colectivo de Rosario fue pura dinamita que detonó en un auditorio frenético. Allí estaba el pueblo. El salsero de la mata. El maraquero aficionado. El rumbero de corazón. El sonero dominical. El bailador de marquesina. El público cocolo que en los 80 gritó “rockero, fuera!” Todos, gozando de lo lindo con la salsa sabrosa que les hace olvidar sus penas.

El repertorio fue selecto. Lo mejor de la discografía del Rey del Ritmo. Una veintena de clásicos salseros interpretados magistralmente por los soneros. Jerry Medina demostró sus quilates en Cuando se canta bonito. Guillito pusó a cantar al soberano al compás de Esa que yo conocí.

Meñique desplegó su veteranía, ingenio y conocimiento del ritmo en Superman y el son montuno La cuesta de la fama. Rico saludó al fenecido Junior Toledo con su homenaje a Miguelito. Bobby Concepción puso a bailar a muchos en una sola loseta con los boleros Delirio y La vendedora del amor, liberando, además, su espíritu guarachero en Por culpa de tu amor. Andy la puso en China con Chango ta vení y Botaron la pelota. Chamaco se empleó sin dificultad alguna en De Barrio Obrero a la 15 y dedicó unos soneos a la Isla Nena.

Pupy desbocó su temperamento rumbero en El callejero. Luis se quedó con el Anuncio clasificado. Tony revalidó con Busca el ritmo y Mi amigo el payaso.
Hasta Charlie Aponte y Jerry Rivas, de El Gran Combo, se unieron al bandón de Rosario, junto a Michael Stuart y el niche Tito Allen.
Fue una noche inolvidable para siempre. Willie cambió el paso, buscó el ritmó y puso a bailar a Puerto Rico.