El mundo de Rubén Blades

Tota

Rubén Blades es uno de los artistas latinos más importantes del siglo 20. La historia le tiene reservado un sitial de honor por ser el cantautor que revolucionó la salsa con su folclor urbano. Al ritmo de Juan Pachanga, Pablo Pueblo y Pedro Navaja, Blades puso a pensar a los salseros mientras bailaban y marcaban la clave.

Su obra se ha distinguido por su creatividad e innovación. Y, después de tres décadas y media de trayectoria artística, Rubén Blades sigue abriendo camino en el género de la música afroantillana, uniendo culturas y nacionalidades a través de Mundo, una propuesta cosmopolita, ecléctica y universal.

Con el álbum que Sony distribuye a partir de hoy, Blades demuestra que la música es el único idioma que pueden entender todos los hombres del planeta. En Mundo, según informó en entrevista exclusiva con El Nuevo Día, Blades colaboró con talentos de distintas latitudes y culturas, como el ejecutante de la gaita Eric Rigler, la cantante Luva Maison, el tresero Nelson González, el trío costarricense Editus, el grupo Boca Livre del Brasil y las chicas argentinas de De Boca en Boca.

Mundo encierra un mensaje particular: la urgencia de trascender fronteras y horizontes para redescubrir que en el boricua, el panameño, el irlandés, el europeo y africano, la sangre es del mismo color y sus entrañas de la misma composición genética. Esa es la tesis de Estampa, una rumba que evoca el taller del Grupo Folclórico y Experimental Niuyorquino.

“Es un axioma genético y a la vez espiritual, porque todo surge de la misma fuente. El punto es que nosotros somos responsables por las divisiones que existen. Hemos creado fronteras y divisiones a través del racismo y la intolerancia y hoy vemos los resultados de esa dislocación de valores en los conflictos que presenciamos alrededor del mundo. Debemos recordar que todo proviene de la misma fuente y debemos renovarnos en lo que fuimos para ser mejores”, explicó.

Para Blades el recorrido por Mundo comienza realmente con la composición de The First Circle del guitarrista Pat Methany. La obra recibió un tratamiento new age y en su arreglo Editus y el conjunto vocal Boca Livre del Brasil unieron sus talentos.

“Boca Livre, de Mauricio Maestro, es muy importante para mí. Lo descubrí en los días del Tamba Trío. Estampas es una especie de introducción en la que recordamos que no nos olvidamos de dónde venimos. Aquí quisimos recrear un despertar, a personas que despiertan y levantan sus cabezas mirando hacia el horizonte cuando no existía el dinero ni habían fronteras y el mundo era uno solo”.
El álbum continúa con Primogenio, una fusión de la cadencia africana con los sonidos de Irlanda, en la que intervino Eric Rigler, ejecutante de las gaitas que se escuchan en las bandas sonoras de Titanic y Brave Heart.

“Hemos tenido a Eric en nuestros conciertos y esperamos tenerlo en nuestras giras. Se ha sentido muy emocionado porque estuvo con nosotros en Venezuela y aquí, cuando me dedicaron el Día Nacional de la Salsa. Su interés es continuar viajando con nosotros”.

El distintivo de la obra de Rubén Blades ha sido el comentario social. En Mundo está latente en la composición Bochinches, cuya letra es una denuncia sutil del racismo y en cuyo arreglo convergen los ritmos celta, caribeños, gitanos y flamencos, evocativos estos últimos de los estilos de Camarón de la Isla y Paco de Lucía.

“La música es de Walter Flores y la letra es mía. La canté en el estilo flamenco porque me nació de la entraña. La letra es un comentario de tipo social, pero más allá de eso demostramos la compatibilidad que existe entre formas musicales y rítmicas que algunos considerarían excluyentes”.

La temática del amor ha sido recurrente en la obra de Rubén Blades. En este álbum la enfoca en los cortes Ella, El capitán y la sirena y Sebastián. La primera es la historia del idilio entre una deslumbrante sirena y un intrépido marino, quienes intentan resolver el dilema de su convivencia. Y la segunda es el relato de un loco que, en busca de compañía para su soledad, inventa una novia imaginaria a la que, como prueba de su amor, jura regalarle las estrellas.

“En las canciones de amor siempre he buscado ángulos que no hayan sido hechos con anterioridad. Es difícil conseguir canciones de amor que enfoquen el tema de una manera original y fresca porque la mayor parte de las canciones comienzan donde el amor termina o empieza”.

Cuando Blades pasa revista sobre la música que ha grabado a lo largo de su carrera, concluye que la balada Parao y la trova Como nosotros son las canciones que mejor lo describen e identifican como ser humano.

“Como nosotros es completamente autobiográfica. Yo nací en una pensión de San Felipe y esa es una de las etapas primarias de la pobreza. Parao surgió después de que leí un libro de Isabel Fonseca. Los gitanos decían que es mejor vivir de pie que morir de rodillas. Parao para mí es una declaración de principios. No sólo los míos, sino los de cualquier persona que se haya enfrentado a una circunstancia de persecución y en la que se le hayan intentado desconocer sus derechos humanos”.

Consideración es otra de sus canciones favoritas. La compuso el cantautor brasileño Gilberto Gil inspirado en las personas en depresión. Blades la dedica, en particular, a los niños y adolescentes del planeta.
“Es para las personas que no encuentran una justificación para el futuro. Para el que se siente perdido, desanimado y sin confianza en el mañana. Sobre todo, dirigida a los niños y niñas del mundo, para que tengan siempre su imaginación abierta porque todo comienza con la imaginación. Siempre es posible, no importa quién seas, hallar un camino que nadie ha recorrido jamás”.

El punto culminante de Mundo es la versión que Blades y su compañera Luva Maison grabaron del estándar irlandés Danny Boy, interpretación que dedica a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York.

“Danny Boy es una canción eterna. Es un himno que se entona en los funerales y que describe el estado anímico del amor que va a durar toda la vida. El arreglo es de Editus y presentamos una combinación al final con el violín, la flauta y la gaita escocesa unido a la percusión afrocubana que la gente puede bailar como una rumba o como el step irlandés. Es parte del sentido de unidad que presentamos a través del álbum”.

En La ruta Blades retoma la cadencia flamenca para plantear una verdad indiscutible: la vida no termina con la muerte.
“Hombres y mujeres dejan huellas y eso se convierte en un patrimonio que nos enriquece. Y lo que decimos es que si yo no termino mi camino, termínelo usted por mí. Es un tema que dedicamos a mi mamá, Anoland Díaz, a Tito Puente, a Camarón de la Isla, Jorge Amado y otros que se nos fueron. Si mi cruz ve usted, siga la ruta en mi nombre para continuar con la vida y seguir mejorando”.
Para Rubén Blades, la propuesta de Mundo no admite clasificaciones. Es sencillamente el resultado de la exploración que inició con La rosa de los vientos y Tiempos. Música que rompe con los esquemas comerciales de la salsa y que algunos podrían aventurarse a clasificar en la corriente world beat.

“Sí se podría hablar de música universal, pero desafortunadamente hoy tenemos que llamarla de alguna manera. No se puede decir que esto es un álbum pop o de salsa. Yo diría que es música, música del mundo”.