El viernes Tite, de 76 años, sufrió una aparatosa caída en el baño de su residencia en Baldrich, Hato Rey. Su hijo Eduardo lo condujo al hospital, donde su condición ha recrudecido por problemas cardiacos y respiratorios asociados a la diabetes que padece desde hace varios años.
“Lo vi anoche y estaba con oxígeno. Sólo pudo comer un poco. Lo vi decaído y, al intentar hablar con él, lo que me dijo fueron incoherencias”, relató su amigo Rafael Viera.
Ayer el médico internista Gregorio Cortez impartió instrucciones para que las visitas al autor de Anacaona se limiten exclusivamente a sus parientes más cercanos. Curet, según fue testigo este redactor, estuvo solo ayer en el hospital. Su esposa Norma Salazar se encuentra en Cuba y se espera que su hija Hilda aterrice hoy en San Juan, procedente de Estados Unidos.
En enero Tite Curet también estuvo hospitalizado en el San Carlos debido a una dolencia cardiaca, problemas con la presión y con los niveles de azúcar en la sangre.
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