Jerry, Eddie y Papo las voces de El Gran Combo

Tota

Para Eddie Pérez, Papo Rosario y Jerry Rivas su participación artística como integrantes de El Gran Combo de Puerto Rico es vista como una extensión de su vida familiar.

Entre ellos no hay secretos ni reservas. Al paso de los años han aprendido a convivir desafiando las situaciones buenas y malas que se les han cruzado, creando fuertes lazos de hermandad que hoy están por encima de la relación que los une como músicos y cantantes para convertirlos en fraternos.

Después de Rafael Ithier, líder de la agrupación, Eddie, conocido como “La Bala”, es el más veterano del combo y uno de los creadores de este concepto musical que el sábado celebra sus 40 años de fundación con un concierto a las 8:00 de la noche en el coliseo “Rubén Rodríguez” de Bayamón.

Eddie comenzó a caminar sobre el pentagrama desde niño por iniciativa de su padre. En su adolescencia cursó estudios en la Escuela Libre de Música, entonces ubicada en las facilidades del teatro Tapia del Viejo San Juan, hasta que a sus 18 años de edad ingresó al conjunto de Rafael Cortijo.

De esa experiencia musical curtió su arte, derivado de las calles del barrio de Santurce que lo vio nacer, entre los recovecos de las esquinas que rondan las paradas 22 y 23. En ese mismo lugar, un 4 de junio de 1951, asomó a la vida Luis Antonio “Papo” Rosario Concepción, su compañero de orquesta.

Papo llega a El Gran Combo el 26 de enero 1980 recomendado por el entonces utilero (band boy) del grupo, que apodaban “Fico”, y quien lo conocía desde sus años como corista en la orquesta Tempo 74. Su arribo venía a cubrir la salida del coreógrafo Mike Ramos, quien había sustituido a Roberto Roena.

“Llamé a Rafa (Ithier) y hablamos por teléfono como por una semana. Un día me preguntó si tenía una guayabera crema y un pantalón brown. Entonces me dijo: ´Empezamos a las 9:00 (de la noche) en la plaza (pública) de Manatí´. No me olvido, era el martes 26 de enero de 1980”, recuerda el intérprete de “Carbonerito”, quien confiesa que esa misma noche su compañero Jerry Rivas le enseñó los pasos básicos de la rutina de baile y le marcaba los tonos de los coros.

“Aprendí en la tarima”, asegura Papo, que antes de ingresar a la agrupación había formado parte de la orquesta de Willie Rosario, Tempo 74, Continental Sextet y el Conjunto Alegre, en este último donde se inició entrado los años 60 siendo apenas un estudiante de la escuela superior en la Central High.

Para Papo, una de las claves del éxito de El Gran Combo ha sido saber mantener un espectáculo alegre y vistoso, redondeado con buenos arreglos y una excelente vocalización.
Su compañero Jerry Rivas opina igual. El intérprete de éxitos como “Mujer celosa”, “Y no hago más na” y “Ámame” recuerda cómo en sus años mozos, siendo un rockero, le llamaba la atención la alegría que proyectaban los integrantes del combo en sus bailes y coreografías.

“En mi época, a todos los chamaquitos nos llamaba la atención esta gente (El Gran Combo) y siempre los veíamos en ´El show de las 12´. Ellos seguían el patrón de Cortijo de ser un grupo bien alegre que entretenían y uno veía en ellos una gran familia, aparte de que musicalmente estaban bien”, sostiene el cantante de Bayamón.

A su entrada a la agrupación, el 19 de abril de 1977, a Jerry le tocó la difícil tarea de sustituir a Andy Montañez. Para entonces, sólo cargaba una exigua experiencia que había obtenido de su participación en la orquesta Latin Brass, el Conjunto Chaney y el grupo Cojoba.
“Me recomendó don Quique Lucca y me audicionaron en Ochoa Records. Estaba bien nervioso. Luego me entero que los muchachos le habían dicho a Ithier que yo era muy blanco para el grupo, pero era sólo una broma y no una expresión de racismo. Ellos se referían más a mi forma de interpretar, porque como siempre se ha dicho que esta música es de negros, yo tenía que sentirla igual y lograr expresar esa raíz en lo que estaba cantando”, apunta, a la vez que recuerda que se inauguró en tarima interpretando el tema “Buscando ambiente”.

Ya han pasado muchos años desde que Eddie, Papo y Jerry entraron a la gran familia de El Gran Combo. Las experiencias y anécdotas son múltiples y en cada una de ellas se proyecta el sentimiento cordial y espontáneo que les embarga.

Para ninguno de ellos se considera admisible la salida del grupo, aun cuando han recibido ofertas tentadoras. Piensan que, tras 40 años de historia musical, sólo le resta visitar Australia, Brasil, Chile y la Luna. Asimismo, consideran que luego de tanto cantar y bailar vivirían complacidos realizando una película, siempre y cuando estén todos juntos.