Gran encuentro de Bailadores de salsa en Puerto Rico

Tota

A las 10 p.m., la fila de jovencitos ávidos por “perrear” con el reggaeton de Héctor y Tito en la discoteca Stargate casi llegaba al expreso Baldorioty de Castro.

A la misma hora, el salón Habana Club, localizado al lado, aún no había abierto sus puertas. Ambos se llenaron, con la salvedad de que el espacio de Stargate equivale casi a tres salones como el Habana.

La cartelera anunciaba un “Encuentro de soneras”. A Choco Orta no la invitaron, pero Yolandita Rivera, Fe Cortijo y Martha Rosario arrastraron una masa de damas y caballeros que bailó sus interpretaciones hasta las 4:00 de la madrugada.

Bailadores, cuarentones y algunos rondando los 50, de capa y espada se dieron cita. Precisos, correctos, serios, elegantes y demasiado técnicos. Pobres de aquellos en quienes palpita la clave, pero tienen los dos pies zurdos. Prohibido arrimarse a la pista porque eso es para generales…
Ciertamente, la percepción de muchos es que la salsa se baila mejor que hace dos y tres décadas.

“Ahora es más estilizado. Antes los bailadores eran más callejeros, ahora están mucho más preparados porque han añadido elementos del jazz, de la bomba y las batucadas a las coreografías. Ahora se baila en el segundo tiempo”, dijo la experimentada bailadora Maritza Martínez, autora del libro Diario de una salsera.

La elegancia de Felipe Polanco, la sensualidad de Joe Bartolomé, la técnica de Stacey López, la espectacularidad de Tito Ortos y la sabrosura de Nicky Colón se aprecian en las rutinas de numerosas parejas.

Estilos que se aprenden en las academias, a través de vídeos o simplemente observando a los mejores.
“El baile hoy es más complejo. Hay más movimientos de piernas y más rapidez”, señaló José Luis García, parejo de Wilmarie Díaz en el Habana Club.

Bailar en el segundo tiempo del compás -técnica a la que se refieren los bailadores que afirman que hoy se baila mejor que ayer- es el estilo de coreógrafos entrenados en Nueva York, como Stacey López y Felipe Polanco.

El primer tiempo, sin embargo, es la rutina tradicional y consiste de la dinámica de llamado y respuesta de la percusión. Es, según explica el coreógrafo e instructor Tato Conrad, bailar dentro del “tumbao” de la música.
“Esa es la manera africana de bailar. Así se bailaba antes y aún lo hacen las parejas que no han recibido clases formales”, explicó el director de Arthur Murray Dance Academy en Miramar.

Al ignorar los golpes del tumbador, el baile de salsa ha perdido su cadencia y sabrosura, según opinó Bobby Valentín. “Las parejas que en el pasado bailaban en Lomas del Sol, Rancho Luna, Monte Casino y El Coameño lo hacían con el ritmo, escuchando las congas. Hoy es más show y más visual”.

Willie Rosario se desespera cuando su orquesta ejecuta un mambo con su afinque tradicional y las parejas derrochan la oportunidad con acrobacias, saltos y vueltas exageradas. “Ya no es lo mismo. Antes entre la orquesta y el bailador se establecía una comunicación. Eso se ha perdido. La orquesta toca y el bailador va por otro lado”.
Institucionalizar el baile de salsa en el segundo tiempo del compás le ha complicado la vida a numerosos bailadores tradicionales que ya no salen a bailar o sencillamente.Se han refugiado en el merengue o en expresiones como la bachata.

Soneros que son bailadores, como Gilberto Santa Rosa, opinan que se debe fomentar el baile de la salsa como una expresión espontánea, cuya manifestación obedezca a los sentimientos de cada persona.

“La salsa atraviesa por un momento difícil porque también inventamos códigos que fueron dañinos, como el baile. El baile es una expresión. Deje a la gente que baile como quiera, como hacen los japoneses y los europeos que no saben bailar, pero hacen el intento porque sienten la música”, señala Gilbertito.

Uno de los contados lugares donde se promueve el baile de salsa al estilo tradicional es Nuyorrican Café en el Viejo San Juan. Los miércoles, desde las 11 p.m., se presenta el Combo Rican con su Taller de Salsa. Otras noches pueden bailar con orquestas como la PVC, La Clave y Rumba con Piano de Brenda Hopkins.

“Básicamente intentamos emular los años 70 en Nueva York. Antes se bailaba en el tiempo uno y eso es lo que estamos fomentando en un ambiente bohemio: que la gente baile como sienta la salsa”, indicó Juanra Fernández, propietario del Nuyorrican Café.

Precisamente, esa es la bondad de la “timba”, la nueva salsa cubana que, interpretada por Los Van Van, NG La Banda, Paulito, El Médico de la Salsa y otros, ha enloquecido a los europeos. La timba es la fusión del son con elementos del jazz y el hip-hop. La juventud cubana se rinde a su electrizante ritmo moviendo sus glúteos, piernas y caderas con locura.

A juzgar por lo rentable que resulta el reggaeton para la industria, el productor de salsa Sergio George seguirá apelando a la juventud con una caliente fusión de ritmos que, en términos de coreografías, combine las rutinas de la salsa con el muy criticado “perreo”.

“Se debe apelar a otro público, al que no sabe bailar. Es lo que he hecho y ahora hace falta un cambio drástico en la salsa, como un Tego Calderón rapeando sobre la base de la salsa. No debemos cerrarnos tanto a la idea de la clave, como hace 30 años. Hoy es diferente. Eso fue lo que pasó con el hip-hop, que reemplazó a los rhythm & blues”, señaló George.

El próximo gran baile de salsa se llevará a cabo el sábado 12 de abril en el Winners Sports Bar de El Comandante con El Gran Combo, Bobby Valentín, Willie Rosario y Sonora Ponceña. “Son las mismas orquestas. ¿Por qué no le brindan oportunidad a otras, como la que yo dirijo? Porque Rosario, Valentín, Ithier y otros veteranos no aceptan tocar con los que estamos comenzando. Y si quieren que esto no muera, nos deben brindar una oportunidad”, sentenció, por su parte, Georgie Glass, de la Puerto Rican Bang.

¿Qué necesita la salsa?
Willie Rosario (director de orquesta): “Necesitamos más programas de televisión dedicados a la música y que el Día Nacional de la Salsa le brinde participación a la gente joven.”
Bobby Valentín (director de orquesta): “Los músicos debemos recuperar el control de la salsa y no los cantantes.”
Cheo Feliciano (cantante): “Se debe respaldar la creación de varias orquestas juveniles.”

Eddie Fernández (ejecutivo discográfico): “Orquestas jóvenes. Si surgiera una de la calidad de El Gran Combo, yo la firmo en Universal.”
Ramón Rodríguez: “Las canciones de pueblo son necesarias porque son parte de las historias de las personas.”
Roberto Angleró (compositor): “Hace falta nuevos intérpretes porque no se debe limitar a Gilbertito o Víctor Manuelle.”

Sergio George (productor): “Creatividad y riesgos porque se ha estancado.”
Gilberto Santa Rosa (cantante): “Debemos abrir más la salsa para que haya una mayor participación del público. Se tiene que abrir la puerta para que llegue una nueva generación de artistas.”

Gunda Merced (ejecutivo discográfico): “Debemos grabar variedad y no limitar la salsa a las letras románticas.”
Tato Conrad (instructor de baile): “Que el bailador comience a escuchar la salsa rítmicamente, a base
de los tambores y la percusión total y no a base del soneo y la melodía.”