Jaci Velásquez y sus nuevas metas

Tota

Sin poder ocultar con sus palabras y sonrisa la felicidad que la embarga por su nueva vida de casada, la cantante Jaci Velásquez ofreció su cautivante voz para honrar a Dios durante el sencillo espectáculo que celebró el 14 de septiembre, en el Centro de Bellas Artes de Caguas, donde urgieron sorpresas que suministraran nuevos bríos.

La vocalista, de 23 años de edad, se mostró parlanchina con su público, compuesto principalmente por jóvenes y al que obsequió la interpretación de éxitos como “Un lugar celestial” y “Llegar a ti”, con el que se dio a conocer en Puerto Rico.

Reluciente con un traje negro, tacos y su brillante sortija matrimonial, la compositora inició la velada a las 3:45 de la tarde, precedida por las intervenciones de los también cantantes de música sacra Jackeline Flores y René González.

Aparte de cantar y hablar constantemente con la concurrencia, el evento transcurrió de forma lineal, sin cambios de ropa, efectos visuales o instantes culminantes.

Cuando llegó el momento de entonar el corte promocional “No hace falta un hombre”, Jaci Velásquez brilló de picardía al comentar: “No digan nada a mi esposo, ¿ok?”, tras interpretar las primeras estrofas.

Y haciendo alusión a los versos “No hace falta un hombre / que pague por mi cena / pero si tú insistes / aquí está la cuenta”, la también actriz de la película “Chasing Papi” compartió que, cuando ha cantando el tema frente a su esposo (Daren Potuck, de 26 años de edad), él la mira y le dice juguetón: “Sí claro. La próxima vez con lo de la cuenta, avísame”.

“Aunque no soy puertorriqueña, me siento una puertorriqueña honrada. Cuando pequeña quería casarme con un puertorriqueño pero me casé con un hombre bien americano”, compartió con su accidentado español la jovial intérprete, de ascendencia mexicana y radicada en Estados Unidos, y quien describió a su compañero como “el mejor esposo de todo el mundo”.

El concierto, en que la artista entonó 14 canciones en inglés y español, comenzó con un aire sosegado provocando una recepción tímida de la concurrencia. Acompañada por seis músicos, la autora de “Cómo se cura una herida” –composición inspirada en el divorcio de sus padres– se mostró casi todo el tiempo retraída en los bailes.

Mas cuando los ritmos sandugueros comenzaron a sonar en “Vaya con Dios” y “Con tu amor” –que cerrarían el espectáculo junto con “Al mundo Dios amó”– el ambiente cobró nueva energía, pues la intérprete pidió a los espectadores que se pararan de sus sillas y, además, bailó más desenvuelta.

Mostrando una personalidad simpática y humilde, Jaci Velásquez, quien dio gracias a Dios por su amor a través de una oración, cantó también “Mi vida no es nada sin ti”, una adaptación de un éxito en inglés de Gloria Estefan.

Tras despedirse de sus seguidores, Jaci regresó para entonar la balada “Al mundo Dios amó” sentada en un taburete junto al guitarrista de su banda.