Con más de 500 páginas, se espera que la novela esté disponible en agosto.
A Martínez Ludving la salsa no le resulta ajena puesto que desde los doce años baila a sus acordes y al momento integra la comunidad de “salseros” que han estrechado lazos en los diversos clubes que aún existen en el país. Sin embargo, es la primera vez que se aventura como escritora.
El diario de una salsera incluye una historia de amor entre Elma y Héctor que se desarrolla en el 2001.
“El escenario es el ambiente real de la salsa, los lugares que todo el mundo conoce; desde el Hotel San Juan hasta otros centros de baile como San Juan Chateau, Havana Club, Hotel Hilton y hasta el Congreso de la Salsa, diferentes lugares donde suena la música”, explica.
Desde descripción de salseros hasta un glosario de la jerga utilizada en el ambiente se incluye en el trabajo. Temas como discrimen, adulterio y creencias religiosas se entrelazan con la historia de amor.
“En El diario de una salsera he tratado de romper los esquemas porque por lo regular la gente asocia al verdadero salsero con alguien de color -mientras más negro mejor baila- pero la experiencia me dice que para ser salsero o para bailar bien lo que necesitas es sentir la música. No importa si eres negro, blanco, gordo o extranjero, si lo sientes lo gozas y eso hace la diferencia entre un buen bailador y otro común y corriente”, señala.
Al definir la comunidad salsera advierte que es “una familia”. “Nos vamos uniendo como si fuéramos un enjambre y ese compartir hace del ambiente algo bonito; conoces gente desde Mayagüez hasta Fajardo. La historia es complicadita pero tiene mensajes bien bonitos”, concluye.
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