De eso, sin embargo, nunca ha habido duda, no importa el rincón del mundo en el que la música de Feliciano, ya sea en español o en inglés, se escuche. Eso comprobó una vez más el cantautor puertorriqueño al irse en gira publicitaria y de conciertos de este nuevo disco, continuación del exitoso Señor Bolero.
“El plan de hacer un segundo álbum existía desde 1998, pero no las canciones”, cuenta el intérprete desde Los Angeles, California, en donde estuvo recientemente de promoción. “No quería sacar otro disco tan rápido como si estuviera sacando una pizza. Nunca he sido uno para hacer eso. Y quería que Señor Bolero 2 fuera mejor que el primero. Eso es algo que aprendí de The Beatles. Ellos se fueron poniendo mejor con cada álbum”.
Lo mismo podría decirse de Feliciano, quien no deja de sorprender con cada producción discográfica. Por eso, cuando se presentó este verano desde Austria hasta Australia, Feliciano no sólo llevó la música en inglés con la que despuntó en la década de los 60, sino la música en español que lo identificaría como legítimo pionero del crossover a la inversa.
“No era mi primera vez en Australia, pero todos los conciertos ahora se vendieron por completo”, cuenta emocionado el intérprete oriundo del pueblo de Lares. “Hay una pequeña colonia de latinos en Australia y parece que todos se dieron cita para verme. Firmé muchos autógrafos para australianos, latinos, gente de muchas partes”.
Y fue un australiano, de hecho, el realizador cinematográfico Baz Luhrmann, quien invitó a Feliciano a formar parte de la partitura de su galardonado filme musical Moulin Rouge, al cantar en una versión a ritmo de tango del tema Roxanne (del grupo inglés The Police).
Que se busque lanzar Señor Bolero 2 en Australia entonces tiene sentido, considera Feliciano. “Canté en español también porque la música latina está muy de moda allí”, afirma.
Igual de caliente está en Europa. Eso Feliciano lo descubrió al ir a Austria, en donde ofreció dos conciertos a cupo total. “A veces voy a un sitio y digo, ´si no se llena, no hay problema´. Pero siempre se llena, gracias a Dios”, continúa riendo el artista, nombrado hace un par de semanas embajador honorario ante la ONU por parte de la Fundación Internacional del Inmigrante.
Este verano, también se escuchó una canción suya en inglés, Romeo, como parte de la banda sonora de la película Chasing Papi.
“Hace tiempo que no grabo en inglés, pero es porque no he tenido la oportunidad de que una compañía americana me contrate para hacerlo”, dice sin aires de resentimiento. “Pero tengo un disco hecho ya, producido por Emilio Estefan, por Rudy Pérez y por mí”.
Pero el bolero, dice, siempre tuvo un lugar preponderante en su corazón. “A mi madre siempre le gustaron mucho los boleros. Me acuerdo que de chiquito yo en Puerto Rico, la escuchaba cantar cuando cocinaba”, relata. “Mi madre no era una gran cantante y sufrió mucho, porque la vida campesina era dura, pero tenía un gran espíritu y un gran amor hacia la vida”.
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