Un mar humano despide a la Reina de la Salsa en Nueva York

Tota

Miles de personas se dieron cita en la Ciudad de los Rascacielos para ofrecer sus respetos y decir adiós por última vez a quien en vida se conociera como la Reina de la Salsa, la querida de todos Celia Cruz.

Manhattan se convirtió en una fiesta para celebrar la vida y gloria de esta popular mujer. No sólo sus seguidores se personaron a ofrecer sus respetos, sino que un sinnúmero de artistas y personalidades hicieron lo propio. Gilberto Santa Rosa lo resumió de una manera sencilla: “Hay que estar aquí, porque es importante”.

Marc Anthony, Johnny Pacheco, Cheo Feliciano, Ismael Miranda, India, Kevin Ceballo, Jon Secada, José Luis Rodríguez, Víctor Manuel, Rey Barreto, Hillary Clinton, Rubén Blades, Chita Rivera, Antonio Banderas y su esposa Melanie Griffith, Roberto Roena, Ralph Mercado y el alcald Michael Bloomberg fueron algunos de las decenas de figuras que en estos dos días presentaron sus respetos.

Sin embargo, la verdadera fiesta de honor fue en la calle, donde sus más fieles fanáticos, aquellos que compraron sus discos y bailaron al ritmo de sus melodías desde que Celia comenzara su carrera con el conjunto La Sonora Matancera allá para el año 1949.

Para Cortensia Jiménez, venezolana con tres años residiendo en la Gran Manzana y quien cargaba una pancarta en honor a la cantante, lo de Celia “es tan grande que pienso que no tengo una palabra para calificarlo, pero sí puedo decir que dejó demasiado”. Jiménez habló mientras sus ojos se llenaban de lágrimas al decir que aún no era tiempo de que Celia se fuera, “porque yo veo tanta gente en Cuba de más de 90 años con el espíritu tan vivo y ella que tenía tanto que dar y estaba tan feliz siempre…”.

“Químbara químbara” comenzaron a cantar unos pocos en la calle, al tiempo que Mickie González, oriunda de Queens, y su hija Jazmín se detenían en la esquina de la calle 81 y Quinta Avenida para comprar una fotografía de Celia al fotógrafo David González. “Ella fue una encantadora mujer con una voz increíble y hoy estoy aquí para simplemente decir que amaba su música y recalcar que ella era la Reina de la Salsa”, dijo González.

Ayer, fuera de la catedral de San Patricio, miles colmaron las calles aledañas para ver el féretro arropado con la bandera cubana partir hacia el cementerio Woodland sin importar la copiosa lluvia que no paraba de caer.

“La Negra tiene tumbao y no camina de lao”, cantaba la muchedumbre mientras daba su último adiós al tiempo que la Reina de la Salsa se iba con su tumbao al más allá.