“Gracias por invitarme a formar parte de un festival tan importante”, dijo Santa Rosa a una audiencia integrada mayormente por puertorriqueños, pero que estaba también salpicada de venezolanos, dominicanos y panameños.
“¿Hay puertorriqueños aquí?”, preguntó el cantante, conectando de inmediato con un público que cantó y bailó, literalmente, con el llamado “Caballero de la Salsa”.
El público que se congregó en la sala de conciertos del Kennedy Center -con capacidad para 2,442 personas y renovada en 1997- obtenía a su llegada un dibujo en miniatura en tinta del artista Antonio Martorell, hecho con las huellas dactilares de cada visitante.
Santa Rosa inició su presentación, puntualmente, cantando sucesivamente Un montón de estrellas, Si te dijeron, El refrán, Se te olvidó y Conciencia.
Tras sus primeras cinco interpretaciones, tuvo su primer acercamiento con el público. “Vengo de una Isla de donde provienen muchos de los mejores artistas del mundo”, indicó Santa Rosa a manera de introducción para los pocos que no conocen su trayectoria musical de casi 25 años.
Y dijo que era un honor poner en marcha una serie de presentaciones de diversas ramas del arte -auspiciadas por el Gobierno de Puerto Rico- que reunirán a cantantes como Ednita Nazario, Lucecita Benítez, Danny Rivera y Olga Tañón, así como la Orquesta Sinfónica, el dramaturgo Luis Rafael Sánchez y las escritoras Mayra Montero y Rosario Ferré.
Convertido por dos horas en promotor de Puerto Rico, Santa Rosa le aseguró a los que no han visitado la Isla de que en corto tiempo en ese terruño caribeño pueden apreciarse las maravillas naturales “de uno de los países más lindos del planeta”. “Si camina más de dos horas y media es posible que se pueda caer al agua”, advirtió, sin embargo.
Acompañado por una orquesta de nueve músicos -10 si se incluye la trompetista y corista Rebecca Zambrana, que tuvo un sólo musical al final del concierto- Santa Rosa interpretó sus canciones más conocidas, como Mentira, Que manera de quererte, Perdóname y Que alguien me diga, y varias de las nuevas incluidas en su nuevo disco.
“Si creen que lo hago para que compren el nuevo disco, no es cierto. Es para que le pidan a alguien que se los compre”, bromeó Santa Rosa, quien hace menos de un mes tuvo otro exitoso concierto en San Juan con el ahora ministro de Turismo de Panamá, Rubén Blades. La interpretación de la canción Que alguien me diga, de otro amigo panameño, Omar Alfano, fue el momento definitorio del concierto, ya que cuando la canción adoptó el ritmo de salsa el público se decidió a tomar los pasillos y bailó tranquilamente por todas las esquinas del Kennedy Center.
Sus fanáticos terminaron pegados a la tarima, provocando que hiciera malabares para continuar cantando y firmando autógrafos y hasta una joven se subió a dar unas vueltas con el carismático intérprete. Santa Rosa aprovechó también su concierto para hacer un popurrí de canciones que llevó al éxito cuando cantaba con la orquesta de Willie Rosario.
“Con él tuve mi madurez como cantante”, dijo, pasando a interpretar Lluvia y Botaron la pelota, frutos de la era en que compartió tarima con el también ex cantante de la orquesta de Rosario, Tony Vega.
La noche cerró con la interpretación de Soñando con Puerto Rico -desde el público se encargaron de entregarle una bandera puertorriqueña- y otro popurrí, esta vez de plenas, acentuando el sabor boricua de un aplaudido concierto.
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