Lucrecia revive a Celia Cruz en un musical

«Lo de la música siempre se me ha dado muy bien, puesto que vine al mundo para cantar y componer. Pero como actriz tengo que mejorar, aunque ya actuado en el cine y la televisión como tal. Mas cuando se trata de encarna a una mujer tan importante como Celia Cruz», afirma la guapa artista.

«Es una pena que este musical –reconoce Lucrecia- no se hubiese escenificado en vida de Celia -fallecida en julio de 2003- porque seguramente que ella nos hubiera asesorado. Como también lamento que no la conocí hasta que salí la primera vez de Cuba en 1991, pues en la isla estaba, y está prohibido hasta mencionar su nombre. Ella, que es la máxima representación de nuestra música, sigue siendo tabú en su propio país hasta después de fallecida».

«JAMÁS NACERÁ OTRA CELIA CRUZ»

Lucrecia presume de haber compartido escenario con la «Guarachera de Cuba», incluso hubo quien dijo que podría ser su sucesora. A lo que la joven intérprete responde: «Eso jamás ha pasado por mi mente porque ella fue y sigue siendo única. No nacerá en toda América otra que pueda comparársele. Celia fue y sigue siendo la diosa de la música cubana».

Lucrecia llegó a España como voz solista de la orquesta femenina «Anacaona», coronada por los éxitos en Cuba. «Anacaona» fue la primera orquesta femenina de Cuba, fundada en 1932, y en 1935 adquirió el formato de Jazz Band. Formó parte del mayor esplendor de la música cubana. Esplendor que comenzó en 1928 con la orquesta de Irene Lafert, y que años después dirigió, precisamente, «Anacaona». En 1983 reapareció con un grupo de integrantes jóvenes dirigida por Giorgia Aguirre González, en la que Lucrecia formó parte hasta que en 1993 decidió exiliarme en Barcelona.

Al mismo tiempo que se prepara para su debut en el musical «Celia», forma pareja con el joven cantante Alex (que alcanzó la fama a partir del concurso «Operación Triunfo»), como conductores del programa infantil «Los Lunis», de lunes a viernes, a través del segundo canal de Televisión Española, a las 7.30 de la tarde.

FUE UNA NIÑA PRODIGIO

La dirección «Celia» corre a cargo de Valentín Villagrasa, de quien Lucrecia comenta: «Estoy aprendiendo mucho con Villagrasa, pues no es lo mismo moverse delante de las cámaras como cantante que como actriz. Todo me está sirviendo para encarnar a Celia Cruz».

Lucrecia nació en La Habana y fue una niña prodigio, ya que a los siete años demostró sus cualidades para la música. «De pequeña me enloquecían las comparsas que desfilaban en los carnavales. Al oír los tambores me ponía a bailar en plena calle y la gente se maravillaba al ver el ritmo que tenía al mover las manos. Llevo la música adentro desde que nací. Aunque es una virtud de todos los cubanos».

Se licenció en la especialidad de piano en el Instituto Superior de Arte de Cuba. «Mi familia quería que fuera pianista clásica, pero tuve la mala suerte de que los profesores no lograron orientarme hacia donde yo deseaba, y eso me supuso una frustración. Pero como siempre he sido muy empecinada, decidí trabajar mi voz y recibí clases de canto con Isolina Carrillo, famoso compositora por varias canciones que le han dado la vuelta al mundo, entre ellas `Dos gardenias´. Ella siempre me decía: `sé tu misma. Jamás intentes imitar a nadie’. Es el mejor consejo que me han dado durante toda mi carrera».

FINALISTA DE OTI’93

En 1987 obtuvo el premio como vocalista en el Concurso de música popular «Joseito Fernández», y como compositora e instrumentista en el Concurso de creación artística para jóvenes en 1988, además recibió la primera mención del Festival Benny Moré en 1989.

«Como miembro de la orquesta `Anacaona´, además de solista, hacía las orquestaciones para la agrupación. Hicimos varias giras por toda Cuba. En junio de 1993 participé en el Festival Internacional Boleros de Oro en La Habana, y temas de mi repertorio como `Ausencia de ti´, `Yo necesito más´ y `Me debes un beso´ estuvieron en los primeros lugares de la radio cubana».

También fue finalista en el Festival de OTI’93 que se celebró en Cuba. Tras este último triunfo en su país, Lucrecia viajó a España con la orquesta «Anacaona», donde pidió asilo político fijando su residencia en Barcelona.

Lucrecia está casada con un empresario español y tienen un hijo que está a punto de cumplir dos años. Parte de su familia cubana vive con ella en Barcelona. No fuma ni le gusta el alcohol. «Me cuido mucho porque cantar es parte de mi vida y la voz es mi instrumento de trabajo».

Sus constantes ansias de superación la llevó a ser directora jefe de orquesta, además de voz solista en otros grupos de salsa y otros de boleros. Cuando la preguntan si ha llegado a la cima, responde que siempre está caminando, que nunca se llega.

SU PRIMER DISCO EN ESPAÑA

«No llegar es mantener siempre la ilusión de hacer cosas nuevas, es donde radica el sentimiento de superación». Seguidamente comenta: «Cuando estoy al piano, cantando y bailando, me siento a gusto. Y como me aconsejó Isolina Carrillo, siempre soy yo. Lo que me permite hacerlo todo con amor y sintiéndome feliz. Todo eso lo recibe el público. Interpretar boleros reconforta porque cada uno está basado en una historia de amor y son compuestos con música que brota de los sentimientos más profundo».

En 1994 grabó su primer disco en España, y fue «Me debes un beso», en el que incluyó canciones como «No me importa nada» y «Yo sé que te amaré», de Vinicius de Morales. Parte del éxito que tuvo se debió a que supo hacer de todas las canciones su versión personal.

INTÉRPRETE DE LA BANDA SONORA DE «BALSEROS»

«La guaracha que da nombre a mi primer disco la compuso mi madre, Caridad Sáez. Se grabó en Barcelona con un grupo de músicos cubanos y catalanes, y está compuesto por ocho temas de salsa, y el resto de baladas y cha-cha-cha».

Desde entonces ha grabado siete álbumes, en los que interpreta todos los ritmos cubanos, y en algunos con la colaboración de otras estrellas como Chavela Vargas o el saxofonista cubano Paquito D’Rivera.

Su discografía está compuesta por títulos como «Pronósticos», «Prohibido» y «Mis boleros», entre otros. Es la interprete de la banda sonora del documental «Balseros», que ha obtenido varios premios en diferentes festivales del mundo.

«Me siento cómoda interpretando todos los ritmos caribeños que representan la idiosincrasia de esa parte del mundo», afirma. Después de obtener un rotundo éxito durante un concierto con Paquito D’Rivera en el Palacio de la Música de Barcelona, inició una gira por varios países europeos y actuó en los festivales del Womand.

CANTAR A DÚO CON CHAVELA VARGAS

Su vida es rica en emociones y sostiene que una de las más impactantes fue cuando la propusieron grabar a dúo con Chavela Vargas en su disco «Cubáname».

«Cuando me lo dijeron estuve a punto de derretirme. Me quedé estupefacta, no la conocía, no me lo creía. Cuando la vi personalmente le dije que era genial y que siempre la había escuchado y que tenía todos sus discos. Desde entonces entre nosotros surgió una bella amistad que aún mantenemos».

En 1997, durante la presentación de «Pronósticos», expuso: «Se trata de una etapa más en mi carrera musical, que ha pasado por la salsa y el bolero, y que no quiere decir que me vaya a estacionar en el pop, ya que tengo en mente hacer algo más clásico».

Lucrecia volvió a sus raíces musicales en 1999 con el disco «Cubáname», con el que además dibuja con sus letras todo un autorretrato de vivencias. «Dos años antes me senté en una mecedora y empezó a pasarme por la cabeza toda mi vida. El jazz que escuchaba con mi padre, la música clásica de mi madre, las voces negras americanas que oía mi hermano, las calles de La Habana, todo. Entonces decidí que tenía que hacer un disco sobre mí».

TAMBIÉN ACTRIZ DE CINE

«El tema que da nombre a `Cubáname´ es una canción rotunda, un canto a la unión total de los cubanos, como decía José Martí. Yo creo que todos estamos hartos de politiqueos».

Lucrecia cuenta con un breve, pero sólido trabajo en el cine, debutando en la película «Segunda piel», en la que interpreta el bolero «Youkali», que además es el tema de la banda sonora. También es una de las protagonistas de «Ataque verbal», dirigida por Miguel Alvadalejo.

«Me presenté a unas pruebas y al cabo del tiempo me dijeron que había sido seleccionada. Son siete historias distintas y yo comparto la mía con Marta Fernández Muro. Somos una pareja de lesbianas. Miguel creyó que iba a tener reparos al hacer este papel, pero ni mucho menos, lo más duro ha sido tener que enseñar los senos, y lo mejor ver de cerca la interpretación de Marta».