Su trabajo artístico, que ha sellado uno de los mejores capítulos en nuestra historia cultural, volvió a recibir el aplauso de los miles de fanáticos que se congregaron en el estadio para presenciar el magno evento de salsa celebrado en la Isla, que también rindió honor al compositor Roberto Angleró.
En agradecimiento, Tommy Olivencia demostró por qué su orquesta es considerada “la escuelita de la salsa” en el país y realizó una presentación portentosa, matizada por un sonido fuerte y armonioso, bajo la dirección de Edgar Nevárez.
El rapero Tego Calderón tuvo una recepción favorable cuando acompañó a Tommy Olivencia en la interpretación de “Planté bandera”, vocalizada por Simón Pérez.
Con la orquesta La Primerísima también cantaron, frente a una multitud que rondaba las 30 mil personas, Paquito Guzmán, Sammy González, Viti Ruiz, Héctor Tricoche, Pichie Pérez y Paquito Acosta.
En el transcurso del día, por la principal tarima salsera del país también pasaron las agrupaciones de NG2 –la gran sorpresa musical de la velada–, El Gran Combo de Puerto Rico, la Sonora Ponceña y las orquestas de Bobby Valentín, Louis García y Oscar D’León.
La presentación de El Gran Combo sorprendió a los fanáticos cuando sus integrantes fueron anunciados uno a uno por el animador Eddie Miró, como si se tratara de la evocación de alguno de los viejos programas musicales de Telemundo.
Fueron más de ocho horas de pura música, pasando una mirada por los éxitos más refulgentes del género y con la anuencia de las principales voces salseras del país.
Al ritmo que corría la tarde, los rostros de los fanáticos anunciaban la emoción que destilaban sus cuerpos al sentir el sabor del ritmo antillano de pies a cabeza.
La velada fue un momento de esparcimiento, en el que la salsa volvió a coronarse como la máxima expresión sonora de nuestro país y sin duda la de más perpetuidad.
La producción musical, a cargo de Pedro Arroyo y la estación Z-93, fue de primera, mas prevaleció la desorganización logística, en todos los términos. Sorprendente fue, además, ver la flagelación que sufrió nuestra bandera nacional –colocada a los extremos de la tarima– cuando los productores sustituyeron la estrellada solitaria por una letra “z”.
De la misma manera, aun cuando las orquestas y sus cantantes pudieron lucir su trabajo con un sonido claro, los locutores a cargo de la conducción del evento confrontaron múltiples problemas para escucharse con precisión.
Pese a esos desatinos, los amantes de la salsa disfrutaron de buena música hasta cerca las 9:00 de la noche, cuando Oscar D’León concluyó el magno evento interpretando sus mejores éxitos.
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