Eddie Palmieri en el coliseo Ruben Rodriguez de Bayamon

Loíza – Cuando repica el barril primo en una bomba sicá o un seis corrido, Eddie Palmieri siente que su alma vibra y, guiada por Eleguá, abre camino a sus sentidos para rendirse a un masacote de melaza, pasión y sabrosura.

Palmieri, quien pasado mañana celebrará su quincuagésimo aniversario en la música con el concierto “Mi día bonito” en el Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón, fue recibido en el hogar de la familia Ayala al ritmo de bomba.
Allí, en el batey de los Ayala, los bailadores y bomberos de Modesto Cepeda y Cimiento Puertorriqueño, los hermanos Marcos y Raúl Ayala, y el pintor Samuel Lind le rindieron homenaje tocando la música ancestral que con tanto gusto y sensibilidad Palmieri cultivó al grabar, hace tres décadas, Bomba de corazón y en 1998, El dueño monte.
Palmieri, acompañado por su esposa Iraida, se sintió honrado con el gesto de Cepeda y los Ayala, quienes le hablaron de las diferencias entre la bomba que se toca en Cangrejos y la de Loíza.

Palmieri, quien no pudo reprimir el deseo de tocar los cuás y el barril buleador, dijo a El Nuevo Día que Puerto Rico aún no ha valorado la relevancia y trascendencia del legado de los Ayala y los Cepeda, quienes ayer se abrazaron en Loíza.
“No lo esperaba. Esto ha sido una sorpresa para mí. La historia de la bomba es increíble y su desarrollo en las familias Ayala y Cepeda debe ser orgullo de todo Puerto Rico”, dijo Palmieri mientras observaba al alcalde loiceño Eddie Manso, con gabán y corbata, bailar en el soberao con Raquel Ayala al compás de los repiques del barril primo.

Minutos después, en el estudio y museo de Samuel Lind, Palmieri descubrió la mística del vejigante, espíritu de raíces africanas que encabeza las comparsas, como abriendo camino y limpiando la ruta, libre y bullanguero, al ritmo de bomba.
Palmieri reconoció, gracias a la explicación de Samuelito Lind, que existe un paralelismo entre el vejigante y Eleguá, la deidad africana que abre camino y que conoce muy bien porque en su carrera, obras como Pa’ la ocha tambó, Yemayá y Ochún e Itutu aché no hubiesen sido posibles sin su sensibilidad y respeto a la religión de los yorubas.

“Es increíble lo que explica Samuel, me gusta. Conozco los santos; a Eleguá, Yemayá, Ochún, Ogún, Changó y Babalú Ayé. La comparación con Eleguá, que abre camino, es algo que nunca había escuchado”, comenta sorprendido Palmieri.
Luego, en una reflexión sobre la bomba, Palmieri comparó la herencia afroboricua con la afrocubana, formulando una conclusión que podría ser motivo de discusión: la bomba, por su diversidad de seises (sicá, cuembé, holandé, yubá, seis corrido, gracimá, etcétera), ofrece más posibilidades en la música que la rumba.
“La rumba tiene la esencia del guaguancó, el yambú y columbia, y también es de origen africano. Pero los patrones ritmáticos de la bomba son mayores. Le tengo mucho respeto a la música folclórica de Puerto Rico. Por eso tardé tantos años en grabar otra bomba después de Bomba del corazón”, sostuvo Palmieri, quien descubrió el ritmo a través de Cortijo.

La historia, admitió, sería diferente si los músicos caribeños que emigraron a Nueva York en las décadas de los 50 y 60 hubiesen descubierto la amalgama de toques y ritmos afroboricuas.

“Lo que pasa es que el mambo salió de Cuba y cubrió el mundo entero y con el mambo vino el chachachá y Cuba se convirtió en la productora de ritmos, hasta que llegó Cortijo, quien, como otros percusionistas como Kako, me explicaron los fundamentos de la bomba, sin olvidar a gente joven como José Ramírez, Giovanni Hidalgo y Anthony Carrillo, que tocan de todo y conocen y dominan lo suyo”, explica Palmieri.
Eddie Palmieri, quien opina que Loíza es el pueblo que más ha aportado al folclor, espera que el Gobierno y sus instituciones culturales respalden más los ritmos autóctonos.

“Para que la bomba llegue a donde se merece tiene que contar con todo el apoyo y con esfuerzos para llevarla a todas las salas y tarimas del país. Es una cosa muy bella que se puede presentar con diferentes formas de orquestación, comenzando por el folclor primitivo que se origina en Loíza”, apuntó Palmieri, creador de la bomba El dueño monte, que el sábado no faltará en el repertorio de su concierto “Mi día bonito”.